lunes, 27 de junio de 2016

Un hombre pleno



Por Claudia Ortiz

Cuando Dios decide restaurar, todo lo hace nuevo, Él puede y sólo es cuestión de nuestra disposición y entrega, justo como Gustavo lo hizo, después de una vida de placeres, vicios y degenere que se desvió hacia el homosexualismo, se “topó” con el Señor, comenzó a conocerlo y le dijo sí, al grado que abandonó toda la vida que llevaba y ahora su tiempo y su vida están consagradas a Él.
Su vida y uno de sus libros hablan de un “Homosexual convertido” pero su historia, en sus diversas etapas, puede servir a muchos para detectar los conflictos que los pueden derivar, si no en una tendencia sexual, sí en cualquier otra situación nociva que impida su felicidad.