miércoles, 8 de febrero de 2017

Vivió su Purificación y ahora se prepara en Divina Voluntad


Thalia al centro con sus amigas, rumbo a la JMJ.
“Podemos vivir de manera indiferente, pero para poder vivir plenamente para mí no hay otra cosa más que con Jesús y en la Divina Voluntad, así podemos ganar esa batalla espiritual y a la misma vez vivir en plenitud.”:Thalia Rangel
Por Claudia Ortiz
El mundo tiene puestos sus ojos en los jóvenes; según el pensamiento popular, las nuevas generaciones son nuestra esperanza. Esperamos mucho de los jóvenes, que transformen el mundo –aunque habría qué llegar a un consenso de cuál es el mundo que queremos-, que con sus avispados conocimientos tecnológicos innoven en todas las áreas y realicen interesantes y nuevos descubrimientos que alivien enfermedades mortales y que nos faciliten aún más las cosas.
Pero cuando se dice tener esperanza en los jóvenes es importante tener presente un área más trascendente: Su salvación y la de su generación y siguientes. Si los jóvenes navegaran por la vida con este objetivo, sus frutos serían realmente para beneficio de todos y entonces sí viviríamos una nueva era en donde reinara el amor, la verdad y la honestidad.
Recientemente conocí a Thalia, estábamos en un retiro, lo cual es ya de por sí poco usual entre los jóvenes, pero ella además está interesada y estudiando la Divina Voluntad, y desde ese momento la admiré porque también –olvidé mencionar- estaba donando su tiempo en un retiro de jueves a domingo como servidora.
Thalia, a pesar de su corta edad, tiene una impresionante historia en la que Dios la ha conducido con claridad y con paciencia hacia “Sus cosas” y no siempre con su mano suave; y ella, de llegar a pensar en algún momento que ciertas cosas eran “mochas”, se ha convertido en una servidora fiel que vive cada día la lucha por hacer la Voluntad de Dios.