miércoles, 27 de abril de 2016

“El Señor nos quiere en el cielo, por eso nos quiere santos”

·         Testimonio de Gloria Polo, quien fue fulminada por un rayo, tuvo su juicio ante el Señor y se le concedió la gracia de una segunda oportunidad

Gloria Polo, en entrevista exclusiva para "Como se hace un santo".
Por Claudia Ortiz
Gloria Polo tiene una misión muy especial, contar a todo aquel que quiera escucharla qué pasa cuando uno muere, cómo es el juicio, sobre el libro de la vida que se abre para cada uno, y por cuáles actos y omisiones seremos juzgados ante Dios. Cada vez que da su testimonio, con un gran esfuerzo y dolor pero con el auxilio del Espíritu Santo, cuenta cuáles fueron sus pecados cometidos durante los primeros 33 años de su vida con el fin de que los oyentes podamos aprender y no caigamos en lo mismo, pues en su caso, ella consideraba que no cometía pecados, que era buena, pero en realidad ofendía mucho al Señor.
Ella puede hablar de todo esto porque lo vivió, cayó fulminada por un rayo y vio todo lo malo que hizo y todo el bien que dejó de hacer. Pudo conocer además cómo le agrada al Señor la oración de intercesión, de manera especial la hecha con amor al prójimo y gran fe, que fue lo que le concedió a Gloria Polo, una segunda oportunidad, la que utiliza ahora para cumplir su misión de recorrer el mundo con su testimonio.
Y a pesar de los años que han transcurrido, el mensaje que transmite no ha caducado, cada acción u omisión cuenta y cada día renueva la invitación para que chicos, jóvenes y adultos trabajen por su conversión, se acerquen a la confesión y a la comunión y asistan a la Santa Misa, todo esto, por supuesto, corrigiendo lo que haya que corregir y reparar.

lunes, 11 de abril de 2016

Una vida confiada en el Señor





Carito y Carlos un matrimonio que testimonia su confianza en un Dios Vivo.

Por Claudia Ortiz

Carito conoció las fiestas y los vicios en su juventud y se descubrió en un mundo muy distinto al que le enseñaron en su hogar, pero el Señor la llamó, le dio otra oportunidad y ella estuvo dispuesta a escucharlo y a aceptar su voluntad, se reincorporó a su familia y rectificó el camino.
La prueba no concluyó ahí, junto con su esposo Carlos, ha comprobado una y otra vez, la bendición y la Providencia del Señor, y aunque han pasado por momentos duros, se han mantenido juntos fieles en oración y adoración aún después de quedarse sin casa, sin nación y sin familia.