sábado, 25 de mayo de 2019

Mirad como se aman



Una gran familia misionera que vive el evangelio. Foto de Carlos Toriz.
Claudia Ortiz

En los primeros versículos del libro de Hechos de los Apóstoles, San Lucas evangelista describe la formación de las primeras comunidades cristianas, luego de la muerte, resurrección y ascensión de Nuestro Señor Jesucristo:
“Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y gozando de la simpatía de todo el pueblo. Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando.” (HCH 2, 46-47)
“La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían ellos en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder. Y gozaban todos de gran simpatía.” (HCH 3, 32-33
Lo que aquí se cita ocurrió en Jerusalén antes del año 61 después de Cristo, cuando sucedió el prendimiento de Pablo en Roma. El surgimiento de la Iglesia católica tuvo muchos años muy florecientes, por lo que estas comunidades fueron creciendo y multiplicándose por varios años y lugares en el mundo, conforme los apóstoles de Jesús y sus discípulos avanzaron para anunciar la Palabra del Señor.