*A petición de la entrevistada, todos los nombres en esta historia fueron
cambiados, para salvaguardar su integridad.
No importa que tan terrible sea
tu historia, Dios puede rescatarte. Así lo hizo con Camila, quien desde los 5
años de edad albergó en su corazón sentimientos de dolor y tristeza, a los diez
años se refugió en las drogas y el alcohol y cuando tuvo mayor conciencia buscó
el amor y la paz en todo tipo de prácticas y sectas. El Señor la esperaba y
tenía un plan para ella: ser su instrumento para ayudar a sanar y conducir a
muchas otras almas hacia Él.