Por Claudia Ortiz
No cabe duda que nuestra Iglesia Católica es
Santa y que es guiada por la luz del Espíritu Santo, así lo demuestra el oportuno
y reciente documento de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que
nombró al Beato Anacleto González Flores como “Patrono de los Laicos mexicanos”.
Los tiempos que se viven en nuestro país
necesitan con urgencia de un ejemplo a seguir, y del impulso de un espíritu
como el del hombre que inspiró a tantos y con sus letras despertó del letargo a
una comunidad para que defendiera su fe.
En su comunicado del 11 de julio de 2019, la
CEM pidió que el ejemplo del Beato Anacleto, “de su entregado amor a Dios, nos
recuerde que el camino de la santidad es un martirio vivificante que sólo es
posible gracias a la fuerza de Dios”.