jueves, 27 de abril de 2017

Abren el cielo con su canto

- Un amor finísimo, de cruz y pruebas, permite que el Cielo baje para regresar la mirada al Señor
- Cristal cuenta a Cómo se hace un Santo la historia de Grupo Emmanuel y la creación de la Obra “Cielo Abierto”


Por Claudia Ortiz

Desde su infancia dispuesta a hacer la Voluntad de Dios.
Comprar almas cuesta y efectivamente ha sido alto el precio que los integrantes del grupo Emmanuel han tenido que pagar para comprar almas para el Señor. Juan, Gil, Pedro y Cristal se decidieron a alabar a Dios con su canto y se comprometieron a cumplir con la Misión que el Señor les encomendó, y aunque han tenido que pasar por duras pruebas, han ganado conversiones y vocaciones para Dios.
Recientemente tuve la bendición de charlar con Cristal, quien participó en la creación de la obra Cielo Abierto, promovida por el Grupo Emmanuel. Me relató el camino de entrega al Señor que tuvo desde su infancia y adolescencia, las pruebas incluso antes de su matrimonio y cómo durante por casi 25 años han vivido de la Providencia Divina y aceptando el hecho de que no les fue concedida la paternidad terrena -aunque sí la espiritual- pero han seguido, sobre todo, felices tratando de llevar a cabo su misión de que más almas adoren al Señor.
Grupo Emmanuel es un ministerio de música católica en el que perseveraron los hermanos de sangre Pedro, Juan y Gil (q.e.p.d.) y al que fue invitada a participar, tiempo después, Cristal. Después de 17 años de duras pruebas, de conciertos y adoraciones; tuvieron la claridad de la Misión que el Señor quería que realizaran y lograron concretar la obra ”Cielo Abierto”, una misión católica de evangelización a través de la música, la predicación y la adoración al Santísimo.


Desde el principio elegida, pero sin misión discernida
Cristal nació el 17 de noviembre de 1968 en el seno de una familia católica formada por Mario Domínguez y Cristina Hernández. La fe le fue inculcada desde muy pequeña no sólo por los colegios católicos en los que estudió, sino por el ejemplo de sus padres que participaban en diferentes apostolados.
Pero también marcó su vida, desde temprana edad, la visita que el Papa Juan Pablo II realizó a la ciudad de México en 1979, durante su vista al colegio Miguel Ángel, en el que Cristal cursaba 4to. de Primaria. Su simple presencia marcó su vida fuertemente.
Distintas experiencias, como el hacer su Primera Comunión con las Adoratrices Perpetuas y su formación con las Madres del Verbo Encarnado, hicieron sentir a Cristal un fuerte llamado de Dios  a la vocación religiosa, y fue aceptada en el convento al mismo tiempo en que, después de concluir su carrera técnica, trabajaba como secretaria bilingüe ejecutiva en una empresa transnacional, donde le acababan de otorgar un ascenso.
Sin embargo, tuvo qué postergar su vocación y seguir trabajando para apoyar a su familia porque primero su papá atravesó por fuertes problemas de salud y después enfrentaron una crisis financiera cuando por malos manejos de un familiar, se vino a la quiebra el negocio familiar. Al ser la mayor de cuatro hermanos que aún estaban estudiando, consideró que lo más conveniente en ese momento era apoyar a su familia.
Su papá fue sanando, sus hermanos fueron concluyendo sus estudios y entre todos comenzaron a salir adelante apoyándose unos a otros. Este tiempo le sirvió para discernir que el llamado del Señor no era a través de la vida religiosa. Con el apoyo de su director espiritual, de los Misioneros del Espíritu Santo, se puso a trabajar para poder tener en claro qué quería de ella el Señor, mientras le reiteraba su disposición de servirle.

El canto de adoración la acercó a Emmanuel

A Cristal le gustaba alabar al Señor con su canto y poco a poco fue formando un camino en el ministerio de la música católica. Fue así como conoció a los hermanos González: Pedro, Juan y Gil (q.e.p.d.) del Grupo Emmanuel, con el que coincidió en un Festival de la canción cristiana. Al poco tiempo los invitó a realizar juntos un concierto de evangelización en Santa Cruz de Ayotuxco, Huixquilucan, Estado de México, un lugar en el que ella había estado misionando por algún tiempo y que resultó ser el pueblo de donde era originaria la mamá de los jóvenes que integraban el grupo.
“Entonces hicimos el concierto y ahí fue donde comencé a tratar a Pedro. Yo seguía en discernimiento y en oración, yo ya le había dicho a Dios si tú me quieres tiempo completo y a tu servicio, hazme sentir en mi corazón cómo, si es casada, consagrada, laica comprometida, como quieras, entonces el Señor me ponía en mi corazón que sí era casada. Dije bueno, pues entonces si va a ser casada me tienes qué mandar a un hombre que comprenda perfectamente la misión que tú has puesto en mi corazón, y que toda mi vida sea a tu servicio. Y si verdaderamente hay esa persona para mí, pues que sea mi esposo y si no, que nadie se me acerque”.
Al poco tempo del evento que hicieron juntos Pedro le reveló su interés por iniciar un noviazgo serio con ella, y después le expresó su interés por el matrimonio y le comentó que dejaría al grupo Emmanuel al que se dedicaba de tiempo completo para evangelizar a través de la música, pero consideró que necesitaría un empleo para poder mantener a su esposa. “Le dije: -¡No!, ese es el requisito, que tú no dejes de hacer lo que Dios te ha llamado a hacer”.


 La persecución los lleva a la adoración

Pedro y Cristal.
 “Desde muy temprana edad de novios Dios nos dio un regalo muy en particular que fue La Cruz, la falta de salud, él casi se muere de una operación de una peritonitis que le dio porque le reventó la vesícula. Pasé un 24 de diciembre cuidándolo en el hospital porque estaba muy enfermo.” El noviazgo duró cuatro años y Dios les concedió la gracia del matrimonio del que ya celebran 18 años.
Durante su noviazgo, Cristal fue invitada a integrarse al Grupo Emmanuel y desde entonces le ha tocado enfrentar muchas cruces, mucha falta de salud, muchas pruebas, “pero al mismo tiempo hemos tenido mucha bendición”.
 “Después de un concierto que hicimos en el Teatro Ferrocarrilero en la Ciudad de México hubo mucha bendición, pero empezó mucha persecución, mucha acechanza; empezamos a vivir cosas sumamente fuertes y empezamos a buscar un sacerdote que era el director de Defensa de la Fe en la Arquidiócesis de la Ciudad de México, porque todos los ataques que recibíamos eran de madrugada, nos hablaban para amenazarnos de muerte, que dejáramos de cantar porque si no, nos iban a matar. Al mismo tiempo mis cuñados y yo vivíamos estas cosas tan fuertes. El padre nos dijo: ¿ustedes saben que a las 3 de la mañana los viernes los satánicos cometen sacrilegios para contrarrestar las 3 de la tarde que es hora de la misericordia?”.
Ese viernes se quedaron en oración con el sacerdote, ya casi iba a cerrar el templo de “La Guadalupita” porque a las 9 de la noche normalmente ya están cerradas todas las iglesias en la Ciudad de México, explicó Cristal, pero el padre les permitió quedarse con “el guapo del Cielo”, como se refiere Cristal al Señor, y junto con el sacerdote que los esperaba con una guitarra, empezaron a cantarle al Santísimo. “Fue hermoso, estábamos solos ahí con Nuestro Señor. Juan, uno de mis cuñados, estaba muy desesperado, ya no quería seguir en el ministerio, pues las cosas eran difíciles, no había los recursos económicos para salir adelante, estaba muy desanimado. Le contamos sobre la noche con el Santísimo para animarlo porque estaba a punto de destruirse nuestro ministerio, y lo invitamos a ir el viernes siguiente. Íbamos rumbo a la parroquia cuando recordamos que no le habíamos avisado al Padre que íbamos para allá, y cuál fue la sorpresa que al llegar la iglesia estaba abierta, después de las 9 p.m., y ahí estaba el Padre con una guitarra, el Santísimo expuesto, y con una sonrisa nos dijo: -´Sabía que iban a regresar´. Y así fue como comenzó la misión de Adoración, nunca lo preparamos, empezó a llegar gente de toda la Arquidiócesis de México, después llegaban camiones de otros Estados de la República, sacerdotes, fue tan grande esta misión que le pedimos permiso al Cardenal Norberto Rivera Carrera para llevar a cabo esta experiencia a toda la Arquidiócesis”.

Con las bendiciones a través de su ministerio, llegó para ellos mucha Cruz
A raíz de esta experiencia, Grupo Emmanuel comenzó a ser invitado en diferentes lugares y durante siete años continuos se dedicaron de tiempo completo a la evangelización a través de la música.
Las pruebas y las enfermedades formaban parte de sus vidas, pero aun así los tomó por sorpresa cuando a Gil, cuñado de Cristal, le detectaron un tumor en la cabeza. “Él empezó a ofrecer todo su dolor, toda su tristeza, todo su miedo, estaba desahuciado, y empezó a ofrecer todo este sufrimiento. Él decía: -Por ustedes, para que sean músicos de fuego. Nosotros no entendíamos eso de ser músicos de fuego. Gil en muy poco tiempo, a raíz de la enfermedad, creció mucho espiritualmente, él le decía a Dios, regálame de tu cruz nupcial, quiero vivir tu pasión dolorosa, se fundió muy fuerte con Nuestro Señor en medio del dolor”.
Gil murió en el año 2000 a los 30 años de edad y le fue concedida una de las gracias que pidió a Dios, que le permitiera cantarle y adorarle hasta el último día de su vida. Y eso fue lo que pasó, murió adorando a Dios.
“Cuando él murió se transformó muestro ministerio, nada vuelve a ser igual. Seguíamos cantando pero Dios empezó a regalar gracias especiales: sanación, liberación, conversiones”.
Al poco tiempo falleció también el papá de Pedro, “era un pilar importantísimo para este ministerio porque él siempre apostó por seguir”. Y otro cambio más se dio posteriormente, y fue que Cristal dejó por fin su empleo para dedicarse, como su esposo, a la evangelización de tiempo completo.
“Y cuando Dios dio ese permiso, comenzó algo muy fuerte, empezó un momento de mucha cruz para nosotros. Yo entré 23 veces a quirófano entre cirugías, tratamientos y operaciones. A Pedro le detectaron - entre todas esas entradas a quirófano y cirugías- una contractura pélvica con una situación muy difícil donde él dejó de caminar casi por un año. Al mismo tiempo él y yo estábamos tirados en cama,  nos levantábamos, salíamos a evangelizar y nos volvíamos a enfermar, era un sube y baja de emociones que duró varios años, pero el ministerio no se paró. Estábamos súper enfermos, no había para nada, ni para comer, ni para las medicinas, no teníamos nada, no me preguntes cómo nunca faltó algo en la casa, el Señor siempre nos proveyó de todo. Hasta esos años tan duros donde estábamos los dos sin trabajo, sin nada, siempre llegó la ayuda, la bendición, y en este tiempo tan duro, Dios nos hablaba muy fuerte, nos decía que venía una obra muy grande, que era mundial, que iban a llegar personas que nos iban a apoyar para que llegáramos a más almas, que iba a haber sanación, transformación, conversiones, vocaciones”.

Clarificación de la Misión

Juan, Cristal y Pedro en Adoración.
Los siguientes siete años Grupo Emmanuel se dedicó a la adoración “nos quitó de los escenarios y nos tuvo de rodillas delante de su presencia sin poder tocar nuevamente un escenario, no nos volvieron a invitar a un solo concierto”.
Con esta misión de adoración siguieron recorriendo distintas parroquias, y estando en Perú “el Señor nos dice:
- Han errado la misión.
- ¿Cómo?, si tenemos años evangelizando de tiempo completo para Ti.
- Están errados porque están muy preocupados por el ¿qué van a comer?, ¿qué van a vestir? Busquen primero Mi Reino y todo se les dará por añadidura, ya no te preocupes de nada, a ti y a Pedro les he negado mucho, y les he quitado mucho porque los quiero sólo para mí, sigan adelante.
“Pedro y yo no pudimos ser papás, no pudimos tener hijos, y ahí en esa oración el Señor decía:  -Yo soy su bebé, dedíquense a mis cosas”.
Estando en Perú recibieron la llamada de una persona en México que quería ayudarlos y les dio una cita para verlos a su regreso. Antes de acudir a su cita, a su arribo a la capital, se fueron al Santísimo, a una capilla ubicada por Lomas Verdes.
Le dijimos: “Señor, nos jalaste las orejas porque erramos la visión. Danos tu visión rápido porque tenemos una cita mañana en la mañana.
“ Y ahí nos quedamos con la Biblia en la mano, y ahí fue donde Dios nos dio su visión:
Apocalipsis 21,9 Yo veo un cielo nuevo, una tierra nueva, el mar ha desaparecido, y el versículo 9 dice : Y un ángel baja de la presencia de Dios, ven que te voy a mostrar a la novia, la esposa del Cordero.”
-¿Cuál es nuestra misión Señor?
- Ustedes tienen que preparar a la novia.
“Y entendimos que nuestra misión era animar a que las almas, la iglesia, que es la novia, a que regrese su mirada al novio, a Jesús en la Eucaristía”.

El Apocalipsis muestra el camino

En adoración, el concierto de Cielo Abierto ayuda a que
las almas regresen su mirada al Señor.
El Grupo Emmanuel recibió apoyo de diferentes personas para poder iniciar la obra “Cielo Abierto”. Una de ellas recibió a Cristal diciéndole “Pídeme lo que quieras” y a pesar de todas sus necesidades, le habló sobre lo que Dios le acababa de decir. “El Señor me marcó Apocalipsis 21 y quiere que hagamos una obra de esto, y a pesar de que tengo tantas necesidades no te voy a pedir nada, te dejo esto sobre la mesa, óralo, disciérnelo, chécalo con tus directores espirituales, y si tú crees que algo de esto podamos hacerlo para la obra de Dios, hablamos.”
Y movidas por la misma cita bíblica, varias personas se sumaron para llevar a cabo el proyecto que planearon a lo grande, ya que al estar definiendo cómo y dónde lo harían, las palabras que aspiraron alto lograron su objetivo.
- ¿Dónde harían el concierto?
 - ¿Pues hasta dónde podemos soñar?
- Lo que quieras.
Y ahí va mi bocota.
- Auditorio Nacional para poder adorar a Jesús con 10 mil almas.
- Háganlo.
Y todavía Pedro termina y abre su bocota y dice:
- Pero no sólo el Auditorio Nacional, que sean muchos conciertos por todo el mundo para que muchas almas regresen su mirada a Jesús y, a parte, que sean gratis, porque no podemos cobrar porque es pecado de simonía, pues está el Santísimo expuesto”.
“Y ya son siete años de la obra Cielo Abierto que Dios ha confiado con esa espiritualidad del novio buscando a la novia, donde grupo Emanuel con una experiencia de capilla, en la intimidad, en medio de cruz, pruebas, tribulación, muerte, y así es como hoy por hoy estamos, estos chiflados, por todo el mundo, evangelizando y adorando a Nuestro Señor”.
Cielo Abierto lleva siete años de misión y ya ha visitado casi todos los estados de la República Mexicana y 12 países de América, llegando hasta el momento a más de un millón de almas. Esta obra sólo puede llevarse a cabo con la autorización de los Cardenales y Obispos de cada Diócesis en donde se presenta.
Grupo Emmanuel invita durante el año a diferentes músicos y adoradores que se quieran sumar a esta obra para sacar adelante esta misión que por año realiza entre 24 y 25 conciertos de adoración dentro y fuera del país. El concierto de Cielo Abierto es antecedido por cinco noches de adoración en las distintas parroquias del lugar del concierto para invitar a los fieles. Tanto las noches previas como el concierto mismo son de ingreso gratuito, los evangelizadores se sostienen de la venta de su música y el evento se realiza con el apoyo de alrededor de 300 bienhechores.
La semana que pasan en sus hogares, los integrantes de Grupo Emmanuel realizan retiros de formación para músicos adoradores y continúan con la adoración en La Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José los viernes por la noche, Hora Santa que es transmitida por las redes sociales y se puede seguir en cualquier parte del mundo.
“Tenemos que seguir animando a la jerarquía de la Iglesia, a nuestros sacerdotes, a nuestro seminaristas y religiosos, y a todos los laicos que están dentro de la Iglesia. Con este tipo de eventos Jesús es el que sale a las calles para animar a los que están alejados para que todos regresemos nuestra mirada a Jesús, el Novio”.

Un amor finísimo

Pedro, Cristal y Juan han resistido la cruz para conseguir almas para el Señor.

P. ¿Qué lectura le das a todo este sufrimiento a pesar de que aman tanto a Dios y se lo expresan?
R. Yo creo que es un regalo de Dios, ninguna obra de Él, que se vea a lo largo de la Iglesia, o de cualquier persona que verdaderamente quiere estar a su servicio o verdaderamente anhela la Santidad, ninguna obra se alcanza solamente porque sí, tiene que haber muchas purificaciones y tiene qué ser a través de vaciarnos de nosotros para que solamente sea Su acción en nosotros. Para mí es un regalo unir el dolor a la Pasión de Jesús para alcanzar esas gracias.
Una vez una amiga me leyó la historia del Padre Pío, una ocasión en que recibió una fuerte acechanza del enemigo en su misma habitación y hasta golpes… y al día siguiente se le apareció el Señor y le dijo: ´Este es un amor finísimo, comprar almas cuesta, paga el precio´.
Yo digo que el nuestro es también un amor finísimo y comprar almas cuesta, por los méritos de la Pasión de Nuestro Señor.

*Agradecemos a Lupita González por obsequiar las fotografías para esta publicación.

Claudia Ortiz
@claudiaortizdev
devazquez21@gmail.com
Ayuda a que este mensaje llegue al alma que lo necesita, compártelo a través de Facebook a través del sitio: 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario