Por Claudia Ortiz
No cabe duda que alcanzar grandes metas tiene qué ver con el querer, con la fuerza de voluntad, con perseverar, y aplicando todo esto a un matrimonio se pueden conseguir grandes frutos, no sólo para unos esposos, sino para que las gracias se derramen en abundancia a sus hijos, gente cercana y aún extraña. Esto es justamente lo que pusieron en práctica Rosario y Guillermo, un matrimonio que pudo evitar el rompimiento aferrándose al poquito amor que les quedaba.
No cabe duda que alcanzar grandes metas tiene qué ver con el querer, con la fuerza de voluntad, con perseverar, y aplicando todo esto a un matrimonio se pueden conseguir grandes frutos, no sólo para unos esposos, sino para que las gracias se derramen en abundancia a sus hijos, gente cercana y aún extraña. Esto es justamente lo que pusieron en práctica Rosario y Guillermo, un matrimonio que pudo evitar el rompimiento aferrándose al poquito amor que les quedaba.
Guillermo tomaba desde antes de casarse, lo hizo desde que
salió de secundaria y con el matrimonio, su gusto por el alcohol se convirtió
en costumbre y después en adicción. Se gastaba el dinero de su casa, llegaba
tomado a su hogar y por ese motivo, había constantes enfrentamientos con su
esposa, gritos, peleas y amenazas de abandono de hogar frente a los hijos.
Entonces, recuerda Chayito,
su relación con Dios era mínima, eran católicos, pero light, no tenía ni Biblia
y cuando hizo conciencia de que tenía a quién recurrir por ayuda, fue con un
vecino a pedirle prestada su Biblia y comenzó a leerla ella sola en casa.
También aprovechaba que sus hijos se reunían a jugar, para pedirles que oraran
juntos por su papá “aunque sea un misterio”, les decía, y de ahí se ganó el que
Karla, su hija mayor, cuando la veía dijera: “Ahí viene mi mamá, la
misteriosa”.
Dios les obsequia la
sanación de Guillermo
Después de algunos años de tormentoso matrimonio que dice Guillermo,
“no era vida sino un infierno”, llegaron a un acuerdo, recurrirían al divorcio.
Sin embargo, Chayito pensó en sus
hijos una vez más y le planteó a Guillermo: ”si queda así de amor entre tú y yo –señalando
con sus dedos el tamaño de una pizca-
vamos a un retiro”. Guillermo aceptó y tomaron una solicitud que él
había recibido a manera de invitación por parte de un amigo tiempo antes.
Cuando salieron del encuentro matrimonial Guillermo siguió
tomando, sin embargo se integraron al Movimiento Familiar Cristiano y al
perseverar en sus reuniones, tuvieron oportunidad de vivir un nuevo retiro en
el que Guillermo recibió, por gracia de Dios, la sanación de su alcoholismo. Él
mismo relata el milagro de esta manera:
Durante el retiro “me acerqué con un sacerdote a la
confesión y le pedí que me ayudara, que me aconsejara para que yo dejara de
tomar; me acuerdo bien que me dijo que él no podía hacer nada, que él lo único
que me podía decir era el daño que me hacía en lo económico, lo que daña a la
salud y los problemas que tenía uno con la familia, pero que si yo estaba ahí
era porque algo me iba a dar el Señor.
“En la noche tuvimos unas pláticas en una terraza, todo
estaba obscuro y sólo se iluminaba con una fogata, después de la plática
anotamos en un papelito todo lo que nos estorbaba para poder mejorar, después nos
formamos por matrimonios para depositar esos papelitos en el fuego y dio inicio
una Misa; después de la comunión yo empecé a sentir que me movían muy fuerte,
le pregunté a ella que si estaba temblando, me dijo que no, y yo no me quedé
convencido y le pregunté a la persona a mi otro lado, también me dijo que no,
entonces ya que confirmé dije, entonces es el Señor, me hinqué a darle las gracias
y empecé a platicar con Él y recuerdo que me dijo ´No te preocupes, yo estoy contigo´”.
Después de ese día Guillermo no volvió a tomar y por su
parte Chayito continuó alimentándose
con el buen contenido de programas radiofónicos y de televisión; leía también
libros y no sólo buscaba saber cómo contribuir para resolver los conflictos,
sino que cosa que aprendía, cosa que ponía en práctica con decisión y
venciéndose a sí misma.
Otro regalo: Participan
en la fundación de Radio María
Y aunque como miembros del Movimiento Familiar Cristiano ya
comenzaban a apoyar a otros matrimonios, fue más adelante que Dios les concedió
la oportunidad de dar su testimonio a más personas. En una ocasión que Chayito
escuchaba la radio, oyó a la Fundadora
de Valora, Conciencia en los Medios, Lupita Venegas, en la W Radio, invitando a
una conferencia. Ella se propuso asistir y si bien, le interesaba escuchar la
plática, sobre todo quería acercarse a Lupita para decirle que quería contar su
testimonio para decirles a los matrimonios que sí se puede, que siempre se
puede luchar para salir adelante.
Sin conocer a Lupita Venegas se le acercó y le hizo el
comentario, la respuesta que recibió fue: “Te espero el jueves en el Hotel de
Mendoza a las 8 de la noche”. Chayito no preguntó más información, con esta
noticia se fue con su esposo y ambos asistieron a la cita. Cuál va siendo su
sorpresa, pues esa reunión era preparatoria a la fundación de Radio María en
México, así que por Gracia de Dios les tocó formar parte del equipo que oró y
trabajó para lograr que la estación católica se hiciera una realidad un tiempo
después.
Una vez con Radio María al aire, ellos eran apoyo de los
encargados de las transmisiones en vivo a control remoto, matrimonio que después
dejó esta función, quedando a cargo Chayito y Guillermo, quienes desde hace 15
años donan su tiempo y su trabajo a esta obra que es de gran beneficio para
muchas otras almas. Esta donación que hacen de su tiempo y talentos, es un
esfuerzo que realizan aún como agradecimiento por los regalos que de Dios han
recibido.
Así es como las bendiciones se han derramado a extraños,
mientras que en su familia también ayudaron a mejorar el matrimonio de los
papás de Guillermo, y en casa, Dios les concedió que dos de sus hijos aspiraran
al matrimonio, que otra de sus hijas, Karla, también se interesara por trabajar
en Radio María, mientras que su hijo menor, José Antonio de Jesús, es
recientemente alumno del Seminario Menor.
La vida no ha sido fácil para ellos, pero con voluntad,
disposición y perseverancia han logrado dar grandes pasos para cambiar un
matrimonio casi destruido, a un matrimonio ejemplar que recién cumplió 34 años
de casados.
Felicidades hermanos han comentado lo mismo que nos sucedió a mi Mari Chuy y a mi, su hermano en Cristo nuestra paz Ramón de Jesús. ¡Alabado sea Dios!
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