lunes, 14 de diciembre de 2015

Lucha cada día con su enfermedad pero llena de ánimo y esperanza a los demás



* Fernanda es ejemplo para sanos y enfermos

Por Claudia Ortiz

Contrario a los tiempos en que estamos viviendo, en que surgen y proliferan los “ninis”, los jóvenes que sienten que no tienen por qué luchar o una razón para vivir, y se alienta la desesperanza, he conocido a Fernanda, una joven que ha vivido con su diabetes, pero no con una normal, sino con un caso único en el mundo, ha estudiado su carrera con esta enfermedad, a la que ya toma como una condición de vida y lejos de estar deprimida, se ha dedicado a motivar a otros y promover mensajes de ánimo y el cuidado de la salud.


Fernanda tiene 20 años de edad, nació en Tuxpan, Veracruz el 23 de febrero de 1995, es la hija menor de Virginia y Jorge, quienes le procuraron una infancia y adolescencia feliz lo que siempre la motivó a participar en todo, tenía muchas amigas, era deportista, destacaba en todo y se esforzaba en cumplir siempre sus metas.
Cuando tenía 15 años de edad, sus papás le dieron la oportunidad de estudiar inglés en Pennsylvania, en un internado exclusivo para mujeres, viviendo ahí, sin su familia, tras practicarse unos exámenes médicos, supo que tenía diabetes, una enfermedad que ni siquiera conocía, de la que nunca había escuchado.
Aunque dos días después de conocer el diagnóstico llegaron sus papás, todo el proceso de aprendizaje sobre la enfermedad lo vivió sola. Una vez que sus papás arribaron a Pennsylvania, querían llevarla de regreso a casa, pero ella ya había aprendido a medicarse y a cuidarse y no quiso regresar, quería terminar el proyecto que había iniciado.
La Directora del internado ofreció poner a disposición de Fernanda el equipo de enfermería del lugar y sus papás accedieron a que se quedara. Recuerda que lo que sucedió sí le afectó un poco, pero se dio cuenta que no podía hacer nada para cambiarlo, así que decidió aprender a vivir con ello y ser fuerte, sobre todo por sus papás.
La diabetes que le diagnosticaron era tipo 1, ella podía llevar prácticamente una vida normal, hacer deporte, salir de fiesta, desvelarse, comer lo que quería sólo cuidando las cantidades y sólo se preocupaba por seguir los cuidados indicados, era una diabetes muy controlada.

Quienes fueron sus compañeras en Pennsylvania, la visitan mientras Fernanda es atendida en la Ciudad de México.
La enfermedad agrava
Fernanda terminó sus estudios en Pennsylvania, regresó a casa y continuó con sus planes de vida, ingresó a la preparatoria y cuando cursaba el último año, la enfermedad detonó sorpresivamente. Una madrugada despertó sintiéndose muy mal tenía el azúcar alta, pero al aplicar el medicamento, en lugar de controlarse, sus niveles subían más.
La diabetes no estaba reaccionando normal, guardaba los cuidados indicados y no lograba controlarla, su estado de salud decayó considerablemente, se sentía débil, sentía un cansancio inexplicable, veía borroso y además, bajó mucho de peso.
Tuvo que ser internada para que los doctores comprobaran que las indicaciones no estaban funcionando, de alguna forma consideraban que podría no estar aplicándose lo que correspondía o guardando los cuidados necesarios, sin embargo comprobaron que ante todas las indicaciones, el cuerpo de Fernanda no estaba respondiendo.
Fue diagnosticada entonces como Diabetes mellitus Tipo 1 hiperlabil, es decir que su situación de salud era muy frágil, si ella sufría cualquier enfermedad por sencilla que fuera, como una gripa o tos, alteraba sus niveles de glucosa en la sangre, por lo tanto debía extremar mucho sus cuidados.
Dejó de asistir a la escuela, era internada una vez al mes para que modificaran sus dosis, no podía caminar, su caso fue estudiado en muchos lugares porque era especial y trataban de encontrar una forma de ayudarla para darle una mejor calidad de vida.
A pesar del estado delicado de su salud, con el apoyo de la escuela y los profesores, siguió haciendo sus tareas y trabajos en casa, y sólo asistía a presentar exámenes, fue como pudo terminar la preparatoria.
Al concluir este periodo escolar, se fue con sus papás a vivir a San Diego, en donde siguió  recibiendo atención médica de su doctor de México, Francisco Javier Gómez Pérez, quien es el jefe del departamento de Endocrinología del Instituto Nacional de Nutrición y se descubrió el adecuado manejo de su diabetes, que respondía a pocas dosis para lograr estabilizarla, ya que por el contrario, con las dosis que aparentemente necesitaba, su azúcar subía alarmantemente. Ahí recuperó un poco de los kilos que había bajado, se sentía mucho mejor y también recobró su ánimo.

Fermamda con el Dr. Francisco Javier Gómez Pérez.

Decide enfocar su mente en sueños y metas
A su regreso de San Diego,  con los síntomas de su diabetes controlados, decidió continuar sus estudios en Guadalajara. Los médicos consideraban que Fernanda no debía estudiar, sin embargo a ella se le hacía enfermizo pasar la vida cuidando su salud, por eso, con el apoyo de sus papás, que han reconocido en su hija menor su madurez y responsabilidad para cuidarse, se quedó a vivir con sus hermanos Jorge y Paulina.
Ingresó a estudiar Consultoría de Imagen y se mantiene al pendiente de su salud suministrándose  la insulina que le corresponde tres veces al día con sus respectivos alimentos, además de una dosis de insulina larga una vez al día por la noche, y se mantiene en contacto permanente con su médico. De esta forma, ya no frecuenta el hospital, aunque sí ha sido difícil pues ha debido asistir a la escuela cargando –en ocasiones- su tanque de oxígeno, pero a pesar de sentirse mal no ha querido dejar de ir porque le anima ver otras caras y considera también que le ayuda seguir concentrada en sus sueños y metas, en lugar de enfocar toda su energía a su salud.
Hace poco el médico le autorizó a hacer ejercicio y tiene tres meses que ya practica natación y lo combina con caminata. Está a punto de concluir sus estudios profesionales y después de un año sabático, reanudará sus estudios para cursar la carrera de Nutrición.
Además, motivada por sus amigos en Facebook, recientemente abrió una página en donde realiza publicaciones motivadoras y de salud, exhortando a todos a valorar la vida y cuidar su salud.
También, debido a su experiencia de visitar continuamente los hospitales, tiene un proyecto personal de Enfermeras a domicilio, porque sabe lo que es estar en hospitales y asegura que ahí el ánimo decrece, siempre en casa –sostiene- el enfermo está más cómodo.

Esta es una de las publicaciones que Fernanda realiza en su página.




















La actitud es lo que cuenta
Con su hermana Paulina.
Cuando su estado de salud empeoró y le diagnosticaron la diabetes hiperlabil, Fernanda se vio rodeada de sus seres queridos, principalmente su familia que siempre estuvo ahí, que le entregó su tiempo y su cariño, por eso ella luchó no sólo por su salud, sino también por su ánimo porque sabía que si decaía iba a afectar a todos.
Esta situación los hizo también ser más apegados a Dios y de hecho la propia Fernanda asegura que “si esto pasó es porque Dios, al final de todo este camino, tiene algo muy bueno preparado para mí, porque las cosas pasan por algo”, afirma.
Reveló que lo que más trabajo le ha costado de toda esta situación, es hacerse a la idea de que lo que está viviendo es para siempre, porque la Diabetes no tiene cura, sin embargo confía en que la ciencia que avanza cada día, encuentre tarde o temprano la cura contra la Diabetes.
Reconoce que sin la enfermedad, su historia podría ser distinta, ya que en la actualidad, los jóvenes no valoran las cosas ni a las personas a su alrededor, “estamos en nuestro rollo”; en cambio, en su situación, ellos –como familia- son más apegados y cariñosos. Con su hermana Paulina, por ejemplo, por la diferencia de edad y actividades, casi no convivían, y sin embargo ahora son las mejores amigas, tienen una muy buena relación.

Su mensaje para los jóvenes: “No deben quedarse en el conformismo, muchos pretenden opinar, pero el mundo no necesita opiniones, sino actitudes. Valoren mucho la salud que tienen y la vida, porque eso no tiene precio, y cuídense”.

Con su familia, que le ha brindado todo su apoyo.

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