lunes, 29 de agosto de 2016

Detrás de cámaras, el testimonio de un director con Valores


Con la sencillez que lo caracteriza, busca transmitir con fineza lo más puro: El amor y la familia.


Por Claudia Ortiz
El mundo del cine da señales de estar corrompido, infiltrado, las producciones en cartelera distan mucho de formar en virtudes, pareciera que los directores y productores “están cortados con la misma tijera” solo les interesa la taquilla a cualquier precio. Pero resulta reconfortante conocer a Antonio Peláez, un director de cine con valores trascendentes que distingue entre los criterios de Dios y los del mundo y que a pesar de quedarse sin trabajo o de realizar alguno menos favorable económicamente, tiene la convicción de seguir el criterio de Dios.
Antonio y su esposa Laura Díaz son un testimonio de vida por la congruencia entre lo que hacen y lo que creen, por su calidez en el trato, sencillez, amabilidad y respeto.


La historia de vida de un director de cine
Antonio nació el 31 de diciembre de 1950 en México, Distrito Federal, en un hogar católico formado por Alfonso y Lourdes, quienes tuvieron cuatro hijos. Antonio recuerda haber tenido una infancia feliz, rodeado de familia, amigos y mucho cariño.
A su papá le gustaba invitar a los amigos a la casa para evitar que sus hijos salieran, así que con diferentes motivos o sin ellos, generalmente su casa siempre tenía invitados y eso bastaba para ser ocasión de fiesta, alegría y estar en familia
Por los negocios de don Alfonso, toda la familia viajaba a España a pasar largas temporadas; y dada sus aficiones por los toros y la filmación, don Alfonso contaba en su casa con una sala de cine en un tiempo en el que no había televisión, por eso toreros famosos, como era el caso de Manolete, lo visitaban para ver las corridas que Alfonso filmaba. En la memoria y el corazón de Antonio quedó muy grabada esta afición de su papá, que realizaba su pasatiempo con mucho placer, disfrutaba mucho de filmar y a pesar de ser un aficionado, era un excelente camarógrafo, recuerda y dice que esto marcó su vida.

Antonio heredó de su papá el gusto por la cinematografía


El accidente que cambió su historia
Cuando Antonio tenía 10 años de edad y vivían en Santander, España, toda la familia se trasladó a Madrid para comprar los trajes de la próxima celebración de su Primera Comunión y la de su hermano Luis Miguel, pero cuando venían de regreso sufrieron un accidente automovilístico en el que su mamá, doña Lourdes, perdió la vida.
Este acontecimiento cambió su vida radicalmente, por un lado su papá no quiso volver a casarse para dedicarse a sus hijos y sacarlos adelante, él decía que “solo se ama verdaderamente una vez en la vida”, y esto lo hizo ser un padre muy especial, como un amigo… tal vez se dio cuenta de que necesitaba acercarse a nosotros… nos llevaba de pinta, nos motivaba, nos íbamos de viaje con él, nos hizo que nos acercáramos entre hermanos.”  Don Alfonso ya no quiso vivir en España, ni en la misma casa de México, en la colonia Roma, así que se mudaron a Lomas de Chapultepec.
Dentro del dolor de perder a su mamá, Antonio recuerda que en ese momento, gracias a su preparación para la celebración de su Primera Comunión, tuvo un especial acercamiento a su fe, y sentía un gran consuelo cuando le decían que su mamá estaba en el Cielo.

Un matrimonio que trasciende
Entre las importantes y trascendentes cosas que aprendió de su padre, Antonio refiere ese contacto con los hijos, la cercanía especial y enseñanza de su padre en los valores, sobre todo la humildad; recuerda a su papá charlando con todo tipo de personas, sin importar su clase social y así fue como con su testimonio, más que con palabras, les inculcó el respeto a los demás.
De hecho, aún con su carrera cinematográfica, los pasos acertados que ha dado, y las importantes personalidades con las que ha tenido contacto, Antonio Peláez aprendió bien de su padre y es muy sensible, sencillo y cordial en el trato con cualquier persona.
Antonio considera que todo lo que vivieron con su papá trascendió en él y sus hermanos: “su testimonio –como padre y esposo-- nos marcó y ahora todos estamos felizmente casados y con muchos años de matrimonio”.
Él por su parte, luego de que se mudaron a Lomas de Chapultepec, comenzó a tratar a Laura, quien era su vecina, y convivieron por varios años, se hicieron novios y seis años después se casaron cuando él tenía 24 y ella 20 años de edad. Concibieron cuatro hijos, todos casados y están por cumplir 41 años de matrimonio. El día de su boda, don Alfonso le dio un solo consejo a Antonio: “que nunca le faltara el respeto a su mujer”.

El papel de la compañera
Con su compañera de vida, juntos se apoyan y afrontan los caminos de esta lucha por un cine de valores trascendentes.

Pero el papel de la mujer, en este caso el de Laura, siempre es y debe ser de trascendencia, y así fue como ella, a pesar de que Antonio profesaba su fe asistiendo a Misa cada domingo, le pidió, de recién casados, que asistiera a un retiro para señores que le impactó porque recibió un llamado contundente del Señor a conocerlo y seguirlo, así que se involucró en el movimiento Regnum Christi integrando el primer grupo para señores  en donde obtuvo un “crecimiento espiritual profundo y formativo”.
Laura también lo impulsó a obtener su título universitario como Diseñador Industrial, carrera que concluyó antes de casarse, e incluso con la ayuda de su esposa elaboró su tesis.
Y así fue como inició la historia de un matrimonio que se ha acompañado y apoyado en un camino que cambió de rumbo en varias ocasiones, pero que nunca dejó de tener como único fin la promoción de lo trascendente.

De diseñador a cineasta
Cuando se casó, Antonio ya tenía un despacho de diseño y una fábrica de juguetes de madera y artículos para el hogar, sin embargo algo le inquietaba y la razón fue más clara para él cuando falleció su papá, don Alfonso. Entonces lo habló con su esposa, “lo que hago no trasciende”.
Antonio había continuado con el hobbie de su papá, realizaba cine aficionado familiar y le había tomado el gusto a esta actividad. Así que junto con Laura tomaron la decisión y se aventuraron, cerró su despacho de diseño, le dejó su fábrica a su cuñado y con la herencia de su papá pudo dejar lo que tenía y mudarse provisionalmente a Los Ángeles, California, junto con sus tres hijos que entonces ya tenían: Lourdes, Juan Pablo y Antonio, para estudiar Cinematografía en el Art Center College.
Antonio enfrentó en ese momento la primera reflexión de lo que el mundo propone y considera exitoso, pues mientras que sus hermanos invirtieron su herencia, él aparentemente la ponía en riesgo en una aventura, todo por perseguir sus sueños.
Se puso en contacto previamente con la escuela y realizó un trabajo cinematográfico sobre Taxco, que presentó en formato super ocho, y una vez confirmado que fue aceptado, inició la aventura junto con su familia.

Primer reto librado antes de la cinematografía
Cuando Antonio se presentó en la escuela, prácticamente no fue aceptado por no cumplir con el idioma inglés en el nivel necesario y lo derivaron a una escuela de inglés en donde le practicaron un examen para determinar que le faltaban seis niveles del idioma que podría aprender en un año, estos cálculos eran inaceptables para la agenda económica de la familia, así que habiendo hablado con los directivos de ambas escuelas, Antonio se propuso la meta de estudiar de manera intensiva en tres meses para alcanzar el nivel nueve que le estaban solicitando. Llegado el tiempo propuesto sólo le faltaba un nivel por acreditar pero aun así fue aceptado en el Colegio de Arte, en donde además se le tomó en cuenta su portafolio de trabajos que realizó como aficionado, y su título universitario como Diseñador Industrial y así pudo ahorrarse unos meses de estudios.
 
Juntos, afortando todos los retos de un cineasta que busca dejar huella.

Estudios exitosos
Cuando por fin entró a estudiar Cinematografía sufrió cierta discriminación, era el único mexicano, casado, con hijos, de mayor edad y cuando les solicitaron un trabajo en equipo, no pudo integrarse a ninguno, así que trabajó solo y realizó el proyecto “Dibujando amor” que fue premiado a nivel nacional, lo que le valió el reconocimiento de sus compañeros y de su escuela, que decidió otorgarle una beca.
Gracias a esta beca trabajó en la misma escuela, mientras continuaba sus estudios, en donde más adelante otro de sus trabajos le valió un nuevo reconocimiento.

El proyecto de Hombre Nuevo
Cuando concluyó sus estudios, la familia regresó a vivir a México y Antonio visitó a sus contactos para iniciar su carrera cinematográfica. Una amiga le ofreció la posibilidad de dirigir en Televisa y mientras estaba esperando que se diera esa oportunidad, José Carredano lo buscó y le propuso hacer un programa piloto para un proyecto en Estados Unidos, sin recursos y sin mayor orientación.
A pesar de la incertidumbre que representaba, el fondo del proyecto orientado en la fe y en los valores llamó poderosamente su atención y dirigió nuevamente su talento en esa opción, especialmente luego de que fueron a buscar a Alabama a la Madre Angélica, fundadora de EWTN, quien ya tenía alrededor de dos años con su canal de televisión, para pedirle orientación. Estando de visita en la casa de las religiosas, recibieron una llamada providencial de una persona que quería apoyar ese tipo de proyectos, a través de una fundación.
Esto ayudo a que el proyecto fuera impulsado y con la bendición de la Madre Angélica realizaron un programa piloto que ganó el concurso frente a los de otros productores latinos. Fueron contratados para hacer dos horas diarias de televisión católica magazine y junto con su familia y otras cuatro más se mudaron a Estados Unidos para incursionar en este nuevo proyecto.
Tras los primeros seis meses al aire, el programa estaba siendo exitoso y la ciudad de Los Ángeles le otorgó un reconocimiento por ser el programa latino más visto, esto atrajo la atención de personas con otros intereses que argumentando malversación de fondos en la Fundación que apoyó el proyecto, detuvieron la producción y lo sometieron a una auditoría; por lo que Antonio y otras personas del equipo  fueron retenidas en Estados Unidos por encontrarse bajo una demanda.
Bajo esas circunstancias tuvieron que vender muchas de sus cosas para poder sostenerse y estando bajo esta presión y sin trabajo, Antonio se dedicó a idear “Crystalstone”, su primer largometraje. Mientras se encontraba en este proceso, con el guión terminado y buscando inversionistas y distribuidores, salió la resolución de la auditoría declarando que no había delito qué perseguir y les pagaron los salarios que les habían retenido, entonces pudieron pagar a proveedores y tarjetas de crédito,  salir del país y así poder filmar “Crystalstone” en España, en donde Antonio había concebido las locaciones de su película.
La película resultó ganadora de siete premios internacionales como mejor ópera prima y mejor película.  Su producción le tomó prácticamente un año y medio y seis años después de que salieron de México hacia Los Ángeles para que Antonio estudiara Cine, regresaron a vivir a México, pero esta vez para establecerse en Guadalajara y empezar de cero, pero ya no con tres hijos, sino con cuatro, pues Pedro había nacido en Los Ángeles.  Laura y Antonio decidieron iniciar nuevamente en Guadalajara, preocupados por la educación de sus hijos a quienes querían educar cerca de sus familiares y lejos del sistema de familia de los americanos. 

Un productor con valores
Antonio realizó diferentes propuestas con un fondo espiritual y de valores, se trasladó a México esperando encontrar apoyo para estos proyectos, pero no resultaron de interés a quien se los ofreció. En cambio le fueron propuestos otros proyectos cuyo contenido desechó y no aceptó realizar.
A su regreso en casa debió informarle a Laura que no había posibilidades en los medios de comunicación y optó por realizar fuera del entretenimiento, en producciones comerciales, institucionales y turísticas, antes que dirigir proyectos contrarios a sus valores.
“Una de las razones para estudiar cine, fue para promover valores. Después de realizar Crystalstone y Hombre Nuevo, ya no podía pensar en otra cosa que no fuera promover valores y la dignidad del ser humano”, dijo.

Una pausa en los proyectos con valores
Laura y Antonio estudiaron muy bien el momento en que podían incursionar con proyectos de valores nuevamente dentro del entretenimiento, y una vez que sus hijos estuvieron grandes y se desahogaban los compromisos económicos, retomaron ese trabajo que les entusiasmaba.
“En  Guadalajara fue una época dura, no teníamos mucha elección, nunca nos vendimos, ni aceptamos proyectos que nos ofrecieron, películas que no iban de acuerdo a nuestra forma de pensar.  Siempre habíamos pensado que cada uno de nuestros proyectos los  pudieramos ver en compañía de nuestros hijos, y por ello rechazamos aquellos que no iban de acuerdo a nuestra forma de pensar. Cuando nos vimos más estables en lo referente a los gastos principales de los hijos, quisimos darnos nuevamente la oportunidad de hacer algo dentro del entretenimiento y volver a tocar puertas…”
A petición de un apostolado Antonio escribió el guión del documental  “El Milagro de las Rosas” que habla sobre los inexplicables del Ayate de Guadalupe.  Lo ofreció a Discovery, que aunque mostró interés por adquirirlo y desarrollarlo, quería realizar algunos cambios de contenido para crear polémica, y Antonio rechazó esta propuesta y tuvo qué renunciar a esa oportunidad.
Posteriormente produjo el piloto de “Xplorando” una serie en la que los protagonistas exploran México y sus misterios, material que gustó a Disney, con quien contrataron una entrega de 13 programas de media hora diaria. La serie ganó un premio especial de la Unesco, pero desgraciadamente el proyecto no continuó a una serie más porque Disney ya no quería que fueran sólo de México, sino de otros lugares como Argentina y Sudamérica, y era muy difícil llevarlo a cabo con los menores protagonistas, quienes eran su hijo Pedro y su sobrina Lucía, y que tenían qué atender sus deberes escolares.

La poderosa razón que guía sus acciones y sella sus trabajos
"El mayor patrimonio que les estamos dando a nuestros hijos
 es un testimonio de vida a favor de la fe."

P. ¿Qué te sigue manteniendo en tu convicción?
R. Estoy convencido de que el mundo propone unas cosas y Dios propone otras y yo estoy convencido de las cosas que propone Dios y no así de las cosas que propone el mundo, entonces aunque desde la perspectiva del mundo esta etapa tan incierta de vida puede ser muy difícil y no aconsejable, desde el punto de vista de Dios y de vivencias personales yo no cambiaría nada de estas incertidumbres y estas cosas difíciles porque realmente han sido lo que le han dado una estructura a mi vida, esa lucha constante, ese buscar siempre los valores y en torno a todo eso hay una serie de satisfacciones que no se pueden describir, testimonios de gente que han visto proyectos, mi relación con Laura, el que siempre cuando está uno en la época más difícil, siempre ves que Dios te responde, te da una mayor certeza en tu fe, cuando ves que Dios no te está dejando y que eso que dice que te va a dar el ciento por uno es verdad, te fortalece mucho la fe por un lado y por otro lado te da la fortaleza para seguir trabajando en favor de esa persona tan maravillosa que es Dios, de ese Padre que no te va a dejar nunca y que te está prometiendo el Cielo.

P. Has pasado etapas difíciles, tu esposa ¿ha estado de acuerdo?
R. Nos seguimos el uno al otro, ella también ha tomado decisiones, estamos juntos en esto como matrimonio y es algo que te da ilusión porque al final de cuentas sabemos que estamos trabajando en un testimonio para nuestros hijos; el mayor patrimonio que les estamos dando a nuestros hijos es un testimonio de vida a favor de la fe.

P. ¿Pero el patrimonio es también para tus nietos, no? 
Influyendo también en los nietos.


R. Pues sí, de hecho, Fernanda, una de las chiquitas de mis nietos siempre me dice:
-Tú abuelo te vas a ir al cielo porque siempre estás hablando de Dios.
-Yo le respondo: No nada más hay qué hablar de Dios para irse al cielo y así es como aprovecho las oportunidades para platicar con ellos sobre estos temas.  Cuando tienen preguntas de catecismo, van y te preguntan, y eso de que te asocien con la religión, con Dios, es muy bonito…  El mundo les dice una cosa, y por otro lado nosotros tratamos de defender lo que no es muy popular: la importancia de no engañar nunca, de no mentir, de cuidar la castidad como si fuera un verdadero tesoro, cosas que no son muy populares o interesantes, o incluso pasadas de moda.
Antonio espera que lo imiten también
 en lo que no es muy popular:
Los valores trascendentes.

P. ¿Qué es lo más difícil en esta tarea de promover valores a través del cine?
R. Una de las cosas más difíciles es la parte económica, esa incertidumbre; pero nuestra experiencia es que siempre al final, cuando uno siente que ya no va por ahí, se abre una puerta, y eso lo hemos vivido muchas veces. Yo creo que lo que más debemos cuidar, y lo platicamos mucho Laura y yo, es la pureza de intención, porque si no lo hacemos con esa pureza de intención, si lo hacemos por tener un reconocimiento de la gente o mira qué buenas personas que hacen esto, o aprovecharnos tratando de ver oportunidades de negocio bajo esta situación, le estamos quitando lo que podía ser más valioso, que es hacerlo por Dios y confiando en Dios totalmente, ponerse en manos de Dios.

P. Cuando te pones en manos de Dios, ¿cómo distingues entre qué sí y qué no?
R. Dios nos habla de una forma muy especial, no es que lo escuches con palabras, como me gustaría que pasara muchas veces, que te digan ve por acá o para allá. Sin embargo, siempre sabemos que todo lo que hagamos de acuerdo a la voluntad de Dios, y lo que vaya de acuerdo a sus enseñanzas evangélicas, es lo correcto.  Y aunque no tengamos seguro si este o el otro proyecto es verdaderamente la voluntad de Dios, sí tenemos claro que seguir trabajando en el cine y la televisión con este tipo de estos proyectos si es lo que Dios quiere de nosotros.
Un reconocido productor quería desistir de seguir haciendo cine, porque decía que había perdido dinero y que no veía frutos.   Él afirmaba:  si yo doy un millón de pesos en sarapes, veo que esos sarapes llegan a las personas y se cubren del frio, es algo que si lo puedo ver y constatar.  Yo le dije: ¿Sabes qué?, en el cine, el mensaje evangélico es un sarape del alma y eso posiblemente nunca lo vas a ver, pero a lo mejor son muchos más sarapes, mucho más personas las que van a recibir el calor en el alma, y tú nunca te vas a dar cuenta, será un misterio que nunca sabremos.

Testimonios

Dirigiendo el papel de "Juan Diego" en "1531"
Tras la producción del docudrama “1531, la historia que aún no termina”, Laura y Antonio Peláez recibieron decenas de testimonios de personas, cuyo corazón fue tocado tras la presentación de la cinta, pero uno destacó de entre todos y fue el de una persona que se iba a quitar la vidar, y que desistió después de haber visto ´1531´. “Te das cuenta que Dios es el que actúa, ´1531´ puedo ser un instrumento, pero lo que se genera entre la persona que la ve y Dios, es algo mucho más profundo a lo que ´1531´  pueda decir”.




P. ¿Además de la Misa y la comunión diaria, qué no debe faltar en tu día?
R. La oración, y ahora últimamente la visita del Santísimo.  Empezamos yendo una vez a la semana y ahora es un momento fundamental cada día, por eso lo hacemos prácticamente al empezar cada día.  El rezar el rosario enfrente del Santísimo y mi vida de oración, es lo que me da la mayor fuerza y alegría.
Leer el evangelio es algo que yo aconsejaría a cualquier persona, porque la riqueza que te da la persona de Jesucristo, quien muchas veces se presenta enérgico, y muchas otras veces vulnerable ante el dolor, es algo que toca verdaderamente tu corazón.  Ahí esta él, siempre respetando la voluntad de su Padre, siempre pasando haciendo el bien…  y ese, es el reto a vivir de todos independientemente de la profesión y vida que llevemos.

Otros proyectos
Con Alejandro Tomassi en la filmación de "Cuando las cosas suceden".

En el año 2007 Laura y Antonio realizaron su segundo largo metraje titulado: “Cuando las cosas suceden”, película nominada a tres Diosas de Plata, y ganadora como la mejor canción.
En el 2010, realizaron “1531, la historia que aún no termina”, un documental dramatizado sobre el Acontecimiento Guadalupano, y el cual a los dos meses escasos de su lanzamiento ya había vendido más de 42,000 copias en DVD´s.
Antonio ha escrito también los guiones para las películas “La rosa azul”, que habla a favor de la vida, y “Mirando al cielo”, sobre la vida y martirio del Beato José Sánchez del Río, y que hasta la fecha no han recibido el apoyo económico necesario para su producción.
Si estás interesado en apoyar alguno de estos proyectos puedes escribir al correo electrónico: laura@mediaquest.com.mx

 
Antonio adaptó el guión de "Mirando al Cielo" para publicarlo como libro, mientras llegan los apoyos para la película.
Claudia Ortiz
@claudiaortizdev
devazquez21@gmail.com

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