Con la sencillez que lo caracteriza, busca transmitir con fineza lo más puro: El amor y la familia. |
Por Claudia
Ortiz
El mundo del
cine da señales de estar corrompido, infiltrado, las producciones en cartelera
distan mucho de formar en virtudes, pareciera que los directores y productores “están
cortados con la misma tijera” solo les interesa la taquilla a cualquier precio.
Pero resulta reconfortante conocer a Antonio Peláez, un director de cine con
valores trascendentes que distingue entre los criterios de Dios y los del mundo
y que a pesar de quedarse sin trabajo o de realizar alguno menos favorable
económicamente, tiene la convicción de seguir el criterio de Dios.
Antonio y su
esposa Laura Díaz son un testimonio de vida por la congruencia entre lo que
hacen y lo que creen, por su calidez en el trato, sencillez, amabilidad y
respeto.
La historia de vida de un director de
cine
Antonio nació
el 31 de diciembre de 1950 en México, Distrito Federal, en un hogar católico
formado por Alfonso y Lourdes, quienes tuvieron cuatro hijos. Antonio recuerda
haber tenido una infancia feliz, rodeado de familia, amigos y mucho cariño.
A su papá le
gustaba invitar a los amigos a la casa para evitar que sus hijos salieran, así
que con diferentes motivos o sin ellos, generalmente su casa siempre tenía
invitados y eso bastaba para ser ocasión de fiesta, alegría y estar en familia
Por los
negocios de don Alfonso, toda la familia viajaba a España a pasar largas
temporadas; y dada sus aficiones por los toros y la filmación, don Alfonso contaba
en su casa con una sala de cine en un tiempo en el que no había televisión, por
eso toreros famosos, como era el caso de Manolete, lo visitaban para ver las
corridas que Alfonso filmaba. En la memoria y el corazón de Antonio quedó muy
grabada esta afición de su papá, que realizaba su pasatiempo con mucho placer,
disfrutaba mucho de filmar y a pesar de ser un aficionado, era un excelente
camarógrafo, recuerda y dice que esto marcó su vida.
El accidente que cambió su historia
Cuando
Antonio tenía 10 años de edad y vivían en Santander, España, toda la familia se
trasladó a Madrid para comprar los trajes de la próxima celebración de su
Primera Comunión y la de su hermano Luis Miguel, pero cuando venían de regreso
sufrieron un accidente automovilístico en el que su mamá, doña Lourdes, perdió
la vida.
Este
acontecimiento cambió su vida radicalmente, por un lado su papá no quiso volver
a casarse para dedicarse a sus hijos y sacarlos adelante, él decía que “solo se
ama verdaderamente una vez en la vida”, y esto lo hizo ser un padre muy especial,
como un amigo… tal vez se dio cuenta de que necesitaba acercarse a nosotros…
nos llevaba de pinta, nos motivaba, nos íbamos de viaje con él, nos hizo que
nos acercáramos entre hermanos.” Don
Alfonso ya no quiso vivir en España, ni en la misma casa de México, en la colonia
Roma, así que se mudaron a Lomas de Chapultepec.
Dentro del
dolor de perder a su mamá, Antonio recuerda que en ese momento, gracias a su
preparación para la celebración de su Primera Comunión, tuvo un especial
acercamiento a su fe, y sentía un gran consuelo cuando le decían que su mamá
estaba en el Cielo.
Un matrimonio que trasciende
Entre las
importantes y trascendentes cosas que aprendió de su padre, Antonio refiere ese
contacto con los hijos, la cercanía especial y enseñanza de su padre en los
valores, sobre todo la humildad; recuerda a su papá charlando con todo tipo de
personas, sin importar su clase social y así fue como con su testimonio, más
que con palabras, les inculcó el respeto a los demás.
De hecho,
aún con su carrera cinematográfica, los pasos acertados que ha dado, y las
importantes personalidades con las que ha tenido contacto, Antonio Peláez
aprendió bien de su padre y es muy sensible, sencillo y cordial en el trato con
cualquier persona.
Antonio
considera que todo lo que vivieron con su papá trascendió en él y sus hermanos:
“su testimonio –como padre y esposo-- nos marcó y ahora todos estamos
felizmente casados y con muchos años de matrimonio”.
Él por su
parte, luego de que se mudaron a Lomas de Chapultepec, comenzó a tratar a
Laura, quien era su vecina, y convivieron por varios años, se hicieron novios y
seis años después se casaron cuando él tenía 24 y ella 20 años de edad.
Concibieron cuatro hijos, todos casados y están por cumplir 41 años de matrimonio.
El día de su boda, don Alfonso le dio un solo consejo a Antonio: “que nunca le
faltara el respeto a su mujer”.
El papel de la compañera
Con su compañera de vida, juntos se apoyan y afrontan los caminos de esta lucha por un cine de valores trascendentes. |
Pero el
papel de la mujer, en este caso el de Laura, siempre es y debe ser de
trascendencia, y así fue como ella, a pesar de que Antonio profesaba su fe
asistiendo a Misa cada domingo, le pidió, de recién casados, que asistiera a un
retiro para señores que le impactó porque recibió un llamado contundente del
Señor a conocerlo y seguirlo, así que se involucró en el movimiento Regnum
Christi integrando el primer grupo para señores
en donde obtuvo un “crecimiento espiritual profundo y formativo”.
Laura
también lo impulsó a obtener su título universitario como Diseñador Industrial,
carrera que concluyó antes de casarse, e incluso con la ayuda de su esposa
elaboró su tesis.
Y así fue
como inició la historia de un matrimonio que se ha acompañado y apoyado en un
camino que cambió de rumbo en varias ocasiones, pero que nunca dejó de tener
como único fin la promoción de lo trascendente.
De diseñador a cineasta
Cuando se
casó, Antonio ya tenía un despacho de diseño y una fábrica de juguetes de
madera y artículos para el hogar, sin embargo algo le inquietaba y la razón fue
más clara para él cuando falleció su papá, don Alfonso. Entonces lo habló con
su esposa, “lo que hago no trasciende”.
Antonio
había continuado con el hobbie de su papá, realizaba cine aficionado familiar y
le había tomado el gusto a esta actividad. Así que junto con Laura tomaron la
decisión y se aventuraron, cerró su despacho de diseño, le dejó su fábrica a su
cuñado y con la herencia de su papá pudo dejar lo que tenía y mudarse
provisionalmente a Los Ángeles, California, junto con sus tres hijos que
entonces ya tenían: Lourdes, Juan Pablo y Antonio, para estudiar Cinematografía
en el Art Center College.
Antonio
enfrentó en ese momento la primera reflexión de lo que el mundo propone y
considera exitoso, pues mientras que sus hermanos invirtieron su herencia, él
aparentemente la ponía en riesgo en una aventura, todo por perseguir sus
sueños.
Se puso en
contacto previamente con la escuela y realizó un trabajo cinematográfico sobre
Taxco, que presentó en formato super ocho, y una vez confirmado que fue
aceptado, inició la aventura junto con su familia.
Primer reto librado antes de la cinematografía
Cuando
Antonio se presentó en la escuela, prácticamente no fue aceptado por no cumplir
con el idioma inglés en el nivel necesario y lo derivaron a una escuela de
inglés en donde le practicaron un examen para determinar que le faltaban seis
niveles del idioma que podría aprender en un año, estos cálculos eran
inaceptables para la agenda económica de la familia, así que habiendo hablado
con los directivos de ambas escuelas, Antonio se propuso la meta de estudiar de
manera intensiva en tres meses para alcanzar el nivel nueve que le estaban
solicitando. Llegado el tiempo propuesto sólo le faltaba un nivel por acreditar
pero aun así fue aceptado en el Colegio de Arte, en donde además se le tomó en
cuenta su portafolio de trabajos que realizó como aficionado, y su título
universitario como Diseñador Industrial y así pudo ahorrarse unos meses de
estudios.
Estudios exitosos
Cuando por
fin entró a estudiar Cinematografía sufrió cierta discriminación, era el único
mexicano, casado, con hijos, de mayor edad y cuando les solicitaron un trabajo en
equipo, no pudo integrarse a ninguno, así que trabajó solo y realizó el
proyecto “Dibujando amor” que fue premiado a nivel nacional, lo que le valió el
reconocimiento de sus compañeros y de su escuela, que decidió otorgarle una
beca.
Gracias a
esta beca trabajó en la misma escuela, mientras continuaba sus estudios, en
donde más adelante otro de sus trabajos le valió un nuevo reconocimiento.
El proyecto de Hombre Nuevo
Cuando
concluyó sus estudios, la familia regresó a vivir a México y Antonio visitó a
sus contactos para iniciar su carrera cinematográfica. Una amiga le ofreció la
posibilidad de dirigir en Televisa y mientras estaba esperando que se diera esa
oportunidad, José Carredano lo buscó y le propuso hacer un programa piloto para
un proyecto en Estados Unidos, sin recursos y sin mayor orientación.
A pesar de
la incertidumbre que representaba, el fondo del proyecto orientado en la fe y
en los valores llamó poderosamente su atención y dirigió nuevamente su talento
en esa opción, especialmente luego de que fueron a buscar a Alabama a la Madre
Angélica, fundadora de EWTN, quien ya tenía alrededor de dos años con su canal
de televisión, para pedirle orientación. Estando de visita en la casa de las
religiosas, recibieron una llamada providencial de una persona que quería
apoyar ese tipo de proyectos, a través de una fundación.
Esto ayudo a
que el proyecto fuera impulsado y con la bendición de la Madre Angélica realizaron
un programa piloto que ganó el concurso frente a los de otros productores
latinos. Fueron contratados para hacer dos horas diarias de televisión católica
magazine y junto con su familia y otras cuatro más se mudaron a Estados Unidos
para incursionar en este nuevo proyecto.
Tras los
primeros seis meses al aire, el programa estaba siendo exitoso y la ciudad de
Los Ángeles le otorgó un reconocimiento por ser el programa latino más visto, esto
atrajo la atención de personas con otros intereses que argumentando
malversación de fondos en la Fundación que apoyó el proyecto, detuvieron la
producción y lo sometieron a una auditoría; por lo que Antonio y otras personas
del equipo fueron retenidas en Estados
Unidos por encontrarse bajo una demanda.
Bajo esas
circunstancias tuvieron que vender muchas de sus cosas para poder sostenerse y
estando bajo esta presión y sin trabajo, Antonio se dedicó a idear
“Crystalstone”, su primer largometraje. Mientras se encontraba en este proceso,
con el guión terminado y buscando inversionistas y distribuidores, salió la
resolución de la auditoría declarando que no había delito qué perseguir y les
pagaron los salarios que les habían retenido, entonces pudieron pagar a
proveedores y tarjetas de crédito, salir
del país y así poder filmar “Crystalstone” en España, en donde Antonio había
concebido las locaciones de su película.
La película
resultó ganadora de siete premios internacionales como mejor ópera prima y
mejor película. Su producción le tomó prácticamente un año y
medio y seis años después de que salieron de México hacia Los Ángeles para que
Antonio estudiara Cine, regresaron a vivir a México, pero esta vez para
establecerse en Guadalajara y empezar de cero, pero ya no con tres hijos, sino
con cuatro, pues Pedro había nacido en Los Ángeles. Laura y Antonio decidieron iniciar nuevamente
en Guadalajara, preocupados por la educación de sus hijos a quienes querían
educar cerca de sus familiares y lejos del sistema de familia de los
americanos.
Un productor con valores
Antonio
realizó diferentes propuestas con un fondo espiritual y de valores, se trasladó
a México esperando encontrar apoyo para estos proyectos, pero no resultaron de
interés a quien se los ofreció. En cambio le fueron propuestos otros proyectos
cuyo contenido desechó y no aceptó realizar.
A su regreso
en casa debió informarle a Laura que no había posibilidades en los medios de
comunicación y optó por realizar fuera del entretenimiento, en producciones comerciales,
institucionales y turísticas, antes que dirigir proyectos contrarios a sus
valores.
“Una de las
razones para estudiar cine, fue para promover valores. Después de realizar
Crystalstone y Hombre Nuevo, ya no podía pensar en otra cosa que no fuera
promover valores y la dignidad del ser humano”, dijo.
Una pausa en los proyectos con
valores
Laura y
Antonio estudiaron muy bien el momento en que podían incursionar con proyectos
de valores nuevamente dentro del entretenimiento, y una vez que sus hijos
estuvieron grandes y se desahogaban los compromisos económicos, retomaron ese
trabajo que les entusiasmaba.
“En Guadalajara fue una época dura, no teníamos
mucha elección, nunca nos vendimos, ni aceptamos proyectos que nos ofrecieron, películas
que no iban de acuerdo a nuestra forma de pensar. Siempre habíamos pensado que cada uno de
nuestros proyectos los pudieramos ver en
compañía de nuestros hijos, y por ello rechazamos aquellos que no iban de
acuerdo a nuestra forma de pensar. Cuando nos vimos más estables en lo
referente a los gastos principales de los hijos, quisimos darnos nuevamente la
oportunidad de hacer algo dentro del entretenimiento y volver a tocar puertas…”
A petición
de un apostolado Antonio escribió el guión del documental “El Milagro de las Rosas” que habla sobre los
inexplicables del Ayate de Guadalupe. Lo
ofreció a Discovery, que aunque mostró interés por adquirirlo y desarrollarlo, quería
realizar algunos cambios de contenido para crear polémica, y Antonio rechazó
esta propuesta y tuvo qué renunciar a esa oportunidad.
Posteriormente
produjo el piloto de “Xplorando” una serie en la que los protagonistas exploran
México y sus misterios, material que gustó a Disney, con quien contrataron una
entrega de 13 programas de media hora diaria. La serie ganó un premio especial
de la Unesco, pero desgraciadamente el proyecto no continuó a una serie más porque
Disney ya no quería que fueran sólo de México, sino de otros lugares como
Argentina y Sudamérica, y era muy difícil llevarlo a cabo con los menores
protagonistas, quienes eran su hijo Pedro y su sobrina Lucía, y que tenían qué
atender sus deberes escolares.
La poderosa razón que guía sus acciones
y sella sus trabajos
"El mayor patrimonio que les estamos dando a nuestros hijos es un testimonio de vida a favor de la fe." |
P. ¿Qué te sigue manteniendo en tu
convicción?
R. Estoy convencido
de que el mundo propone unas cosas y Dios propone otras y yo estoy convencido
de las cosas que propone Dios y no así de las cosas que propone el mundo, entonces
aunque desde la perspectiva del mundo esta etapa tan incierta de vida puede ser
muy difícil y no aconsejable, desde el punto de vista de Dios y de vivencias
personales yo no cambiaría nada de estas incertidumbres y estas cosas difíciles
porque realmente han sido lo que le han dado una estructura a mi vida, esa
lucha constante, ese buscar siempre los valores y en torno a todo eso hay una
serie de satisfacciones que no se pueden describir, testimonios de gente que
han visto proyectos, mi relación con Laura, el que siempre cuando está uno en
la época más difícil, siempre ves que Dios te responde, te da una mayor certeza
en tu fe, cuando ves que Dios no te está dejando y que eso que dice que te va a
dar el ciento por uno es verdad, te fortalece mucho la fe por un lado y por
otro lado te da la fortaleza para seguir trabajando en favor de esa persona tan
maravillosa que es Dios, de ese Padre que no te va a dejar nunca y que te está
prometiendo el Cielo.
P. Has pasado etapas difíciles, tu
esposa ¿ha estado de acuerdo?
R. Nos
seguimos el uno al otro, ella también ha tomado decisiones, estamos juntos en
esto como matrimonio y es algo que te da ilusión porque al final de cuentas
sabemos que estamos trabajando en un testimonio para nuestros hijos; el mayor
patrimonio que les estamos dando a nuestros hijos es un testimonio de vida a
favor de la fe.
P. ¿Pero el patrimonio es también
para tus nietos, no?
Influyendo también en los nietos. |
R. Pues sí,
de hecho, Fernanda, una de las chiquitas de mis nietos siempre me dice:
-Tú abuelo
te vas a ir al cielo porque siempre estás hablando de Dios.
-Yo le
respondo: No nada más hay qué hablar de Dios para irse al cielo y así es como aprovecho las oportunidades para platicar con
ellos sobre estos temas. Cuando tienen preguntas de
catecismo, van y te preguntan, y eso de que te asocien con la religión, con
Dios, es muy bonito… El mundo les dice
una cosa, y por otro lado nosotros tratamos de defender lo que no es muy
popular: la importancia de no engañar nunca, de no mentir, de cuidar la
castidad como si fuera un verdadero tesoro, cosas que no son muy populares o
interesantes, o incluso pasadas de moda.
Antonio espera que lo imiten también en lo que no es muy popular: Los valores trascendentes. |
P. ¿Qué es lo más difícil en esta
tarea de promover valores a través del cine?
R. Una de
las cosas más difíciles es la parte económica, esa incertidumbre; pero nuestra
experiencia es que siempre al final, cuando uno siente que ya no va por ahí, se
abre una puerta, y eso lo hemos vivido muchas veces. Yo creo que lo que más
debemos cuidar, y lo platicamos mucho Laura y yo, es la pureza de intención,
porque si no lo hacemos con esa pureza de intención, si lo hacemos por tener un
reconocimiento de la gente o mira qué buenas personas que hacen esto, o
aprovecharnos tratando de ver oportunidades de negocio bajo esta situación, le
estamos quitando lo que podía ser más valioso, que es hacerlo por Dios y confiando
en Dios totalmente, ponerse en manos de Dios.
P. Cuando te pones en manos de Dios, ¿cómo
distingues entre qué sí y qué no?
R. Dios nos habla
de una forma muy especial, no es que lo escuches con palabras, como me gustaría
que pasara muchas veces, que te digan ve por acá o para allá. Sin embargo, siempre
sabemos que todo lo que hagamos de acuerdo a la voluntad de Dios, y lo que vaya
de acuerdo a sus enseñanzas evangélicas, es lo correcto. Y aunque no tengamos seguro si este o el otro
proyecto es verdaderamente la voluntad de Dios, sí tenemos claro que seguir
trabajando en el cine y la televisión con este tipo de estos proyectos si es lo
que Dios quiere de nosotros.
Un
reconocido productor quería desistir de seguir haciendo cine, porque decía que
había perdido dinero y que no veía frutos.
Él afirmaba: si yo doy un millón
de pesos en sarapes, veo que esos sarapes llegan a las personas y se cubren del
frio, es algo que si lo puedo ver y constatar.
Yo le dije: ¿Sabes qué?, en el cine, el mensaje evangélico es un sarape
del alma y eso posiblemente nunca lo vas a ver, pero a lo mejor son muchos más
sarapes, mucho más personas las que van a recibir el calor en el alma, y tú
nunca te vas a dar cuenta, será un misterio que nunca sabremos.
Testimonios
Dirigiendo el papel de "Juan Diego" en "1531" |
Tras la
producción del docudrama “1531, la historia que aún no termina”, Laura y
Antonio Peláez recibieron decenas de testimonios de personas, cuyo corazón fue
tocado tras la presentación de la cinta, pero uno destacó de entre todos y fue
el de una persona que se iba a quitar la vidar, y que desistió después de haber
visto ´1531´. “Te das cuenta que Dios es el que actúa, ´1531´ puedo ser un
instrumento, pero lo que se genera entre la persona que la ve y Dios, es algo mucho
más profundo a lo que ´1531´ pueda decir”.
P. ¿Además de la Misa y la comunión diaria,
qué no debe faltar en tu día?
R. La
oración, y ahora últimamente la visita del Santísimo. Empezamos yendo una vez a la semana y ahora
es un momento fundamental cada día, por eso lo hacemos prácticamente al empezar
cada día. El rezar el rosario enfrente del
Santísimo y mi vida de oración, es lo que me da la mayor fuerza y alegría.
Leer el
evangelio es algo que yo aconsejaría a cualquier persona, porque la riqueza que
te da la persona de Jesucristo, quien muchas veces se presenta enérgico, y muchas
otras veces vulnerable ante el dolor, es algo que toca verdaderamente tu
corazón. Ahí esta él, siempre respetando
la voluntad de su Padre, siempre pasando haciendo el bien… y ese, es el reto a vivir de todos independientemente
de la profesión y vida que llevemos.
Otros
proyectos
Con Alejandro Tomassi en la filmación de "Cuando las cosas suceden". |
En el año 2007 Laura y Antonio realizaron su segundo
largo metraje titulado: “Cuando las cosas suceden”, película nominada a
tres Diosas de Plata, y ganadora como la mejor canción.
En el 2010, realizaron “1531, la historia que aún no
termina”, un documental dramatizado sobre el Acontecimiento Guadalupano, y
el cual a los dos meses escasos de su lanzamiento ya había vendido más de
42,000 copias en DVD´s.
Antonio ha escrito también los guiones para las
películas “La rosa azul”, que habla a favor de la vida, y “Mirando al cielo”, sobre
la vida y martirio del Beato José Sánchez del Río, y que hasta la fecha no han
recibido el apoyo económico necesario para su producción.
Si estás interesado en apoyar alguno de estos proyectos
puedes escribir al correo electrónico: laura@mediaquest.com.mx
Antonio adaptó el guión de "Mirando al Cielo" para publicarlo como libro, mientras llegan los apoyos para la película. |
Claudia Ortiz
@claudiaortizdevdevazquez21@gmail.com
Ayuda a que este mensaje llegue al alma que lo necesita, comparte este mensaje a través de Facebook a través del sitio:
https://www.facebook.com/C%C3%B3mo-se-hace-un-Santo-1688005671461925/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario