lunes, 17 de octubre de 2016

La Palabra de Dios lo convirtió y ahora la proclama con pasión

El maestro Pepe González proclamando la Palabra en Tierra Santa.
Por Claudia Ortiz

Es increíble cómo el artesano puede moldear y restaurar su obra hasta dejarla hermosa para el ojo humano, lo hace con paciencia, con delicadeza y hasta con ternura para aquellas finas piezas. Y así fue como Nuestro Artesano moldeó el espíritu del conocido maestro de Sagradas Escrituras, José –mejor conocido como Pepe- González, que antes de los 16 años era un joven que todo lo quería arreglar a golpes y por eso se ganó el título de “Rocky”; pero en un retiro, de “un solo golpe”, con infinita paciencia, ternura y amor, Jesús lo tocó y transformó a través de Su Palabra.
Desde ese momento el joven José se dedicó al estudio de la Biblia y sin planearlo, incluso empezó a transmitirla. El llamado fue tan grande y tan profundo que decidió enfocarse en La Palabra por completo. Ahora no sólo su vida está consagrada a la evangelización a través de las Sagradas Escrituras, sino también su matrimonio y su familia que han recibido la protección de Dios y de la Santísima Virgen, justamente por la entrega y aceptación de La Palabra que han tenido todos los miembros de la familia.
El Señor ha seguido obrando en su perfeccionamiento espiritual para que pueda cumplir con su misión de transmitir a otros los mensajes que Jesús nos ha dejado en Las Sagradas Escrituras, lo hace como un fiel testigo de su amor, con una gran paz y, gracias a su espiritualidad, con la sabiduría que sólo puede provenir del Espíritu Santo.
El maestro Pepe González ha concedido a Cómo se Hace un Santo los detalles de su historia, que al final demuestran cómo llevar una vida Cristocéntrica y en la voluntad de Dios que concede la paz, el amor y la protección de los ataques del mundo.  Algunos de sus proyectos los realiza junto con su hermano Francisco, ambos buscan saciar esa sed de Dios que existe en una comunidad que se ha alejado cada vez más del Señor.


Le gustaban las historias de los Santos y el futbol
Durante su infancia, con la pasión del futbol.
Pepe es el penúltimo de una familia de nueve hijos, sus papás fueron José González (q.e.p.d.) y María Guadalupe Martínez y nació el 3 de enero de 1969 en Guadalajara. De todos sus hermanos siempre tuvo una relación más cercana con Francisco, el anterior a él en edad.
Tuvo una bella infancia, recuerda que los jóvenes de la cuadra les organizaban juegos en la calle y salían también los papás, organizándose bellas y sanas convivencias con toda la familia.
En su casa también había armonía gracias a una tradición de la familia: Su mamá les contaba historias de los santos y escenas de la Biblia durante el desayuno, principalmente los sábados, aunque también en otros momentos. Recuerda que esos ratos de convivencia, charla y aprendizaje comenzaron a marcar su vida, eran momentos que disfrutaba y que junto con la devoción que les inculcó al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen de Guadalupe, además de los días en que se unían a orar el Rosario, le permitieron una infancia de fe y oración.
Su infancia y adolescencia también estuvieron cuidadas en el tema de la salud, ya que desde los 9 años practicó el futbol, entró al Club Chivas y se cuidaba en su alimentación y hábitos, entrenaba mucho y hacía mucho ejercicio, por lo que junto con sus amigos logró destacar y ganaron muchos campeonatos.

Se involucra en un ambiente de violencia
Al ingresar a secundaria, sus preferencias y comportamiento tomaron otro camino, “me desboqué”, relató. Si bien sus compañeros de deporte se cuidaban de no tomar alcohol y de llevar una vida muy sana, sus nuevos amigos tenían otras costumbres, “la mayoría de mis amigos ingerían droga, alcohol, tabaco, el ambiente de ellos era muy fuerte, es un ambiente de mucha fiesta, de mucho antro y muchas mujeres”, y a Pepe “por revoltoso” lo eligieron como vicepresidente, ingresó al ambiente corrompido y de violencia de ese grupo, “todo lo queríamos resolver con golpes y violencia”.
Además se perdió de la instrucción secundaria porque al tener ese cargo, no necesitaba entrar a clases, por su participación en este grupo ya tenía el 100 en todas las asignaturas, así que tenían toda la libertad de vagar para resolver los conflictos que enfrentaban.

Una tarde de soledad y su primer encuentro con el Señor
Dentro de todo ese torbellino que vivía, se topó con un momento de paz, una tarde se encontró solo en la cochera de su casa, extrañamente la calle se encontraba vacía, y comenzó a sentir una profunda nostalgia y tristeza:
“Estaba agarrado de los barrotes del cancel de la casa de mi mamá y miré al cielo, se veían las nubes, el cielo medio rojizo, era una tarde increíble y yo miraba hacia abajo y arriba y enfrente, ¡y nadie!, parecía que yo era la única persona que estaba ahí,  y recuerdo que en ese momento empecé a pensar en Dios, en aquella nostalgia y tristeza sentí dentro de mí:
-Pero un día todo va a cambiar.
Esto no sé por qué te lo estoy contando, pero yo en mi interior sentí palabras, yo no emitía palabras, era como un diálogo interno, yo no conocía al Señor, más que de oídas, de lo que escuchaba a mi mamá, pero yo no había tenido un encuentro personal con Jesús y en esa nostalgia, como que viendo un poquito mi vida vacía, con mi pensamiento, le dije:
-Señor, si estás ahí, si verdaderamente existes, cambia mi vida.
Y como que el Señor en mi interior me dijo:
-Todo va a cambiar.
Cuando yo escucho esa voz interna, toda esa nostalgia, tristeza ¡se va! y de pronto me llené de una alegría y me metí a mi casa, ya no tuve necesidad de estar con los amigos, porque sentí que algo había pasado que yo no entendí nada, era muy pequeño, tenía entre 12 y 13 años, estaba entre la niñez y la adolescencia, era cuando las cosas empezaban a no estar muy bien, por el ambiente y las amistades que te jalan y yo olvidé eso, nunca más me acordé de esa tarde”.

Las malas influencias
Con su mamá, María Guadalupe.
“El ambiente te empieza a carcomer, empiezo a querer fumar, empiezo a querer tomar, a entrar en un espíritu de rebeldía”. Estuvo en grave riesgo de caer en lo mismo que sus amigos, “el ambiente te va jalando, mis amigos me empezaban a invitar a tomar, de pronto uno cae, no te das cuenta, el ambiente me absorbió, me fue jalando, pero había algo dentro de mí, y mi madre que me daba la confianza y no quería defraudarla, en ese inter, antes de que me diera totalmente al mundo, me rescata; me estaba apenas empezando a meter, sabía que si daba ese paso me iba a perder, pero en ese momento no puedes decir que no, se requiere una fuerza divina que te haga decir no al mundo”.
“En tercero de secundaria siento que ahí me perdí, mi mamá preocupada, mi hermano Paco, ya no me importaba, llegaba tarde a casa, empezaba a no respetar a mi madre, ni nada; sólo mis amigos y lo que nos ofrecían los mayores en ese consejo estudiantil, y así mi vida cayó como un vacío.”
Está convencido que lo que evitó que se perdiera fueron las oraciones de su madre y de hecho, cuando tenía casi 16 años, ella le dijo sobre un retiro de tres días para jóvenes en la Parroquia de Santa Inés y ante la negativa de Pepe, con firmeza le dijo “vas a ir, quieras o no, tienes qué ir”. Sintió la autoridad de su mamá y aunque por supuesto no quería ir, le respondió: “está bien, inscríbame, pero no le aseguro nada, tal vez cuando llegue la fecha yo tenga ya otra intención”.
Cada semana su mamá le recordaba que se acercaba la fecha del retiro y un día antes del mismo, le avisó que al día siguiente tenían que salir de casa a las 4:30 para estar a las 5 en el retiro. “La veía tan firme, no me daba opción, y le dije: voy a ir, pero con una condición, si yo veo que empiezan con sus charlas aburridas o sus dinámicas aburridas, yo me salgo y si me quieren detener yo los voy a golpear”.

El día de…
Cuando llegó al lugar del retiro, el lugar se encontraba solo y él pensó “esto se suspendió, es mi oportunidad, yo cumplí…“
Y cuando decidió retirarse, se topó con una joven que cargaba una mesa “¿vienes al retiro? Ahorita te inscribo, pero ayúdame”.
No le quedó más que quedarse, se sentó hasta atrás y comenzó a ver, con molestia, que sólo llegaban señoras mayores y creyó que su mamá lo había engañado, hasta que por fin vio llegar  a sus amigos de la cuadra llevados por sus mamás de las orejas, eso le dio oportunidad de burlarse de ellos, pero también de pensar en que la pasarían bien, que tendría con quien “echar relajo”.

También llegó Jesús, a través de Su Palabra
Su mamá estaba sentada hasta adelante, se había inscrito también para asegurarse que su hijo estuviera en el retiro, pero Pepe se sentó lo más lejos posible de ella, hasta atrás y junto con sus amigos empezaron a hacer ruido, a molestar, hasta que de pronto llegó al salón un joven con su Biblia, transcribo las palabras textuales de Pepe González sobre su encuentro con Jesús Resucitado.
“Por en medio del salón entró un joven como de unos 20 años, que traía un libro a la altura de su pecho, era la Biblia, yo no sabía qué era ese libro, pero desde que este muchacho entra, yo ya no le puedo despegar la vista, y en el acto que este muchacho entra todos los jóvenes atrás se callaron, entonces el joven se para en el pasillo y mira atrás, pero yo sentí que me estaba mirando sólo a mí, yo sentía su mirada penetrante, entonces me quedo pensando ´me está mirando, ¿quién es?´ se nos queda viendo como retándonos con una mirada, se da la vuelta, sigue avanzando, llega al escenario, abre aquel libro y lo empieza a proclamar. Cuando este joven empieza a leer aquel libro, empiezo a llorar sin saber por qué y a sentir en el pecho un dolor, un dolor y un calor, era un dolor, que si tú me preguntas ¿qué te dijo?, ¿qué escuchaste?, yo no me acuerdo de nada, yo en ese momento sentía un dolor profundo de mis pecados, sentía un arrepentimiento, me sentía tan mal por haber ofendido a Dios, que empecé a llorar pero me resistía porque me daba vergüenza, pensaba, ´que no me estén viendo mis amigos, cómo yo voy a estar llorando aquí, ¿qué me pasa?´, pero entre más me resistía, más lloraba, entonces yo miro a izquierda y a derecha pensando que mis amigos van a estar muertos de risa burlándose, volteo a un lado y al otro y todos llorando, digo ¿qué es esto? Y aquel joven seguía hablando, después me entero que él estaba hablando del amor de Dios. Entonces yo me meto debajo de la banca y caigo de rodillas al suelo y ya no supe nada de mí, sólo escuchaba lo que aquel joven decía, que no entendía nada, pero el dolor era más fuerte, el llanto era más fuerte, al punto que yo ya me descontrolé del llanto sin saber qué era lo que ocurría, entonces termina aquel joven, entra otra muchacha, que también proclama, también predica, y dio su testimonio pero no sé qué dijo, yo estaba tirado, entonces mis compañeros estaban ya serios, sentados, pero yo seguía en el piso”.

Temprano se alistó para el segundo día de Retiro
Cuando terminó el retiro ese día, ya que el viernes sólo estaban programadas dos conferencias y los asistentes debían ir a sus casas y volver al día siguiente, Pepe no quería moverse, tenía vergüenza porque estaba cubierto de lágrimas, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llanto, no quería que nadie lo viera, su mamá se acercó a él para irse juntos a casa y de camino respetó su silencio, no le dijo nada.
Al llegar a su casa se encerró en su cuarto y siguió llorando toda la noche, “yo no entendía, estaba confundido, pero estaba encendido, y prácticamente esa noche no dormí, era una presencia de Jesús que yo no podía describir. Yo decía ¿qué es esto tan hermoso? Era un amor que me marcaba.”
Se levantó muy temprano y fue a la tienda a comprar jugos y pan Bimbo para preparar sándwiches, cuando su mamá llegó a la cocina se sorprendió de que él ya estaba listo para irse, ya desayunado y ya con el lonche para el medio día para él y para compartir.

Su Pentecostés
Pepe da gracias a Dios por ese sábado 19 de enero de 1985, el día de su Pentecostés. Quería estar a tiempo en la parroquia para continuar el retiro, quería continuar en ese gozo y estar listo para la llegada del Espíritu Santo. Por la noche, el Padre Pedro y sus asistentes iban imponiendo sus manos sobre cada asistente al retiro, eran 120 personas, mientras oraban para que llegara el Espíritu Santo.
Él estaba inquieto, ansioso por recibirlo, y siendo testigo de diferentes manifestaciones entre sus compañeros, cuando por fin llegaron con él, y no pasaba nada, el Padre le decía: -Concéntrate, no te distraigas.  “Y yo frío como un témpano”. Sufrió de pensar que no recibió al Espíritu Santo y se fue muy triste a su casa.
“Pero espérate en la madrugada, todo lo que yo vi que pasó en aquel salón, me pasó a mi sólo pero en mi cuarto, me dio un agarrón tremendo, otra noche sin dormir prácticamente, llorando en mi cama, era un gozo que no lo puedo describir, yo quería correr, quería gritarle a todo el mundo que Cristo vivía, era lo que me brotaba del corazón , y una cosa increíble Toda esa noche el Señor liberándome, sanándome, yo no entendía nada, sólo sentía su amor y su presencia”.
Al día siguiente, el último día del retiro, no quería volver a su casa, se quería ir con el equipo de personas que habían impartido el retiro, ¡quería más de aquel amor de Dios que había conocido!

Sufrió persecución en la escuela
Al día siguiente, el lunes, Pepe asistió a la escuela, sus amigos lo esperaban para decirle que había un conflicto con otra banda que había golpeado a algunos de sus compañeros y tenía que ir a vengarlos. Pepe se negó, dijo que no podía y a pesar de la insistencia y la sorpresa se mantuvo y no salió a pelear como acostumbraba, todo el día se quedó en la escuela y entró al salón de clases, sus profesores y compañeros se extrañaron de que estuviera tomando las clases. Pero los más sorprendidos fueron sus “amigos”. Ese día se lo perdonaron, lo observaron raro pero pensaban que estaba enfermo.
Al tercer día de insistencia le preguntaron -¿Qué te está pasando? “No me aguanté y les empecé a predicar”. Les dijo que Cristo vivía, que era su Señor y todos sus compañeros de pelea se pusieron en su contra, le dijeron que estaba loco y le hicieron una batalla campal, le quitaban su mochila y se la llenaban de tierra y de ladrillos, “me agarraban entre varios me hacían cunita y me estrellaban contra los postes”.
La persecución no terminó en eso, sino que subió de nivel cuando las bandas enemigas, a las que él normalmente enfrentaba, se enteraron de que el líder ya no lo era más, sino que estaba como corderito, entonces lo buscaron para navajearlo. El director de la escuela tuvo conocimiento de la gravedad del problema y había ocasiones en que él mismo lo sacaba de la secundaria en su carro y lo bajaba a unas cuadras para que Pepe tomara su camión.
También los profesores estaban avisados porque los miembros de estas bandas se saltaban la barda de la escuela y con sus navajas lo buscaban a la hora del recreo, cuando los maestros se daban cuenta de que ocurrían esas infiltraciones en la escuela, mandaban a Pepe a la dirección. “Esos últimos meses (del ciclo escolar) tenía mucho miedo pero confiaba en Dios, le decía: Señor, pues si me toca, me toca, pero ya no voy a volver, te conocí a  ti, he renunciado”.
Y su perseverancia, a pesar de la persecución, dio sus primeros frutos cuando uno de sus compañeros de relajo, que se drogaba, se convirtió también, renunció a la droga y le dijo:
-Yo te creo, vi tu testimonio, vi que cambiaste de la noche a la mañana, yo he visto que eres otro, llévame contigo.
Pepe estaba feliz porque ya eran dos, ya no se sentía solo y para sorpresa de sus compañeros, comenzaron a predicar en el salón de clases.
Todo esto lo sufrió sin que su mamá tuviera conocimiento, ya que no quería angustiarla.

Predicándolo a Él, Dios Sana su tartamudez
Durante sus estudios de Biblia.
A los dos meses del retiro, se llevó a cabo otro retiro, esta vez sí exclusivo para jóvenes, y se juntaron como 200. En una ocasión el Padre Pedro que los dirigía pidió un lugar para reunirse, y doña Guadalupe, madre de José, ofreció su jardín. El Padre dijo entonces que necesitaban un líder, y como ubicó a Pepe como hijo de doña Guadalupe, lo eligió para guiar a los jóvenes en la formación y catequesis.
Para Pepe esto fue muy angustiante, ya que era tartamudo, además de considerar su falta de conocimiento, así que para dar los temas, planeó auxiliarse de otros amigos porque para él era un horror hablar.
Simultáneamente a este grupo de jóvenes, participaba en otro en el que Padre los puso a estudiar la Biblia y cada semana les preguntaba a cada uno lo que habían comprendido, sin embargo Pepe, tímido por su tartamudez, rehuía el que le tocara hablar en público y siempre salía al baño o buscaba un pretexto para evitar su exposición. Hasta que un día el Padre se dio cuenta y evitó que saliera del salón para que diera su exposición. Al término de la misma le dijo que a la semana siguiente también daría el tema, y después de esa ocasión, le encargó dar la catequesis para adultos.
Pero Pepe seguía sufriendo por su tartamudez, hasta que en una ocasión sus amigos lo grabaron sin que se diera cuenta y al terminar la clase le entregaron un audio casette para que se escuchara. Cuando lo hizo no podía dejar de llorar, se escuchaba con fluidez, nunca se dio cuenta el momento en el que el Señor lo sanó, pero ya no era tartamudo.

En la preparatoria se convierte en predicador
Con un grupo de jóvenes estudiando la Biblia.
Al concluir sus estudios de secundaria ingresó a la Preparatoria No. 7 y continuaba con sus clases de Biblia en la parroquia con el Padre Pedro; como también trabajaba, no le daba tiempo de realizar sus lecturas de Biblia, por lo que se llevaba la Biblia a la escuela para leer en el trayecto y en los recesos.
Ya en la escuela, cuando se apartaba para realizar sus lecturas, sus compañeros se acercaban a preguntarle qué leía, y cuando para su sorpresa escuchaban que la Biblia, se sentaban a su alrededor para escuchar. El número de interesados fue creciendo, así que Pepe al ver la respuesta, les propuso que si querían quedarse una hora al terminar las clases para que tomaran con él una clase de Biblia, y todos estuvieron de acuerdo, por lo que recurrió al director de la Preparatoria para pedirle un salón para dar clases de Biblia al concluir las clases y le dijo:
-          ¿Qué? ¿Que usted quiere un salón para quedarse después de clases una hora a clases de Biblia?
-          Sí Señor.
-          Pero Usted está loco, eso no va a funcionar, si todo lo que quieren es salirse.
-          Pero esto es una petición de ellos.
-          Si es en serio lo que usted me dice,  vaya para que le entreguen una llave para el salón que van a usar.
Y el salón se llenó y cada día recorrían salón por salón para invitar a todo el estudiantado de la Prepa para a asistir a las clases de Biblia. “El ambiente era increíble, mis compañeros empezaron a traer más biblias, se fundó como una incipiente escuelita bíblica en la preparatoria”.
El éxito del proyecto provocó por supuesto la reacción de los opositores, por un lado se tuvo que enfrentar a alumnos protestantes, pero también a algunos profesores que valiéndose de su cargo, reprobaban inmerecidamente a Pepe. Él los enfrentaba y aunque aparentemente le aplaudían, lo calificaban con la mínima calificación para aprobar la materia.
Sin embargo esa generación vivió una experiencia única, organizados en esta preparatoria pública vivieron retiros, evangelizaciones, campamentos y todo lo que el Señor les inspiraba. “Fue una época muy hermosa, compartiendo la palabra de Dios”.

Profesión: Amante de la Palabra y Predicador
Con su hermano Francisco, con quien comparte intereses.

Cuando ingresó a la facultad a estudiar Administración de Empresas continuó con este proyecto de evangelización en su propia escuela, pero recibió más fuerte el llamado para dedicar su vida a predicar la Palabra de Dios así que habló con su mamá y le dijo que quería dejar su carrera, “siento un llamado en mi corazón, siento que estoy perdiendo el tiempo y necesito dedicarme de lleno a la Palabra de Dios”.
Pasaba el tempo y su mamá no le daba ninguna respuesta, seguía pensando el asunto y poniéndolo en su oración, y en una ocasión, frente a la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús, Pepe le dijo: “No voy a hacer nada sin su aprobación, recuerde que usted es el instrumento por el que yo conocí  al Señor… yo nada más necesito su bendición, si no cuento con su bendición no puedo dar este paso”.
-Hágase, -respondió su mamá- tienes mi bendición, si es lo que Dios te está pidiendo, dedícate de lleno a Su Palabra.
Consultó también el asunto con su hermano Francisco -con quien fortaleció la relación al tener como un solo corazón, compartir forma de pensar, intereses y hasta proyectos- pero él nada tuvo que agregar, “mi mamá ya te dio su bendición”, le dijo.
Pepe estaba muy feliz con esta aprobación y respaldo por parte de su Madre y hermano y al obtener está bendición y apoyo, en ese momento comenzó a recibir invitaciones para ser maestro de Sagradas Escrituras en varios lugares, al punto que todo su horario, mañana, tarde y noche, se llenó de clases hasta el día de hoy, en que atiende 14 escuelas de Biblia y además la escuela “Palabras de Vida” que se transmite desde hace cerca de ocho años a través de María Visión los martes de 5 a 6 de la tarde, las conferencias alrededor del mundo y el Apostolado de las peregrinaciones a Tierra Santa y lugares Bíblicos.

Su preparación
A la edad de 18 años ingresó al Instituto Bíblico Católico, pero decidió asistir primero a clases como oyente y tomando algunas clases de nivel avanzado fue detectado por el director, quien lo mandó llamar. Pepe le explicó que quería ver si le gustaban las clases y que ya había decidido inscribirse, así que lo hizo e inició sus clases de manera formal.
Posteriormente el Padre director nuevamente lo mandó llamar, pero esta vez fue para iniciar con él una relación de amistad que fortalecieron entre las familias de ambos.
Al poco tiempo el director decidió asignarle grupos para que impartiera en el Instituto algunas clases de Biblia.
Además de su formación en materia Bíblica en su parroquia con el Padre Pedro, Pepe asistió a muchos cursos de preparación y retiros a nivel nacional en grupos de jóvenes, de hecho presidió por un año la Misión Juvenil Nueva Evangelización que integraba a jóvenes que le hicieron a Dios la promesa de entregarle 10 años de su vida a la Misión, que ha dado muchos frutos, sacerdotes, vocaciones y jóvenes líderes.

Su oportunidad de ir por primera vez a Tierra Santa
Pepe y Francisco en las aguas del Jordán, durante una peregrinación a Tierra Santa.
Cuando ya Pepe era un maestro consolidado, su hermano Francisco tuvo la oportunidad de viajar a Tierra Santa y a su regreso le dijo: Tenemos que cumplir el sueño de muchas almas de llevarlos a Tierra Santa porque estoy convencido que ir a Tierra Santa es vivir un encuentro con Cristo.
Al año siguiente a través del Instituto Bíblico se organizó un grupo de gente interesada en ir a Tierra Santa y el nuevo Director le pidió que guiara al grupo, Pepe aclaró que él nunca había ido a Tierra Santa, pero le dijeron que con los conocimientos que tenía de la Biblia y de Geografía, sería suficiente para darles el acompañamiento y así lo hizo.

“Lo atrapó la Madre”
En su primer viaje a Tierra Santa Pepe tuvo un encuentro maravilloso con la Virgen María en su casita de Nazareth, él tenía 26 años de edad y aunque ya estaba Evangelizado, nunca esperó que al ingresar a aquella casa, fuera recibido por su Madre Santísima.
“No me la esperaba, sentir su abrazo, su ternura, su santidad, su dulzura, en la casita de Nazareth, ahí donde el verbo se hizo carne, yo no me quería ir de ese lugar porque estaba totalmente postrado, llorando, me desentendí del grupo, el grupo me entendió, el guía me comprendió, recuerdo que el guía se me acercó al oído y me dije ´te atrapó la Madre, voy a llegar al grupo a la carpintería de San José, en una hora regreso por ti´, porque me vio que estaba totalmente descompuesto, en un llanto sanador, consolador de estar en las manos de Nuestra Madre, como que me dio la bienvenida  a su casita, era algo que  yo no tenía planeado ni me imaginaba, entrar a ese lugar, sentir su presencia y caer mucho tiempo en oración y contemplación, hasta que llegó el guía, me abraza y me dice ´¿listo para continuar?´ Le dije: sí, porque tengo que continuar, si no yo me quedaría aquí”.

Peregrinaciones: Renovación de fe
Proclamando en Tierra Santa.
La evangelización de Pepe estaba muy clara y definida, sin embargo después de este bello encuentro se enamoró más de su fe, del Señor, de su Iglesia, de la Biblia. “Para mí fue como una reconfirmación, fue un reencuentro, porque en los lugares santos se vive un Pentecostés permanente, renuevas tu fe, tu bautismo, tu confirmación, renuevas todo, porque es un retiro espiritual, es una renovación, cada vez que voy es renovarme en Cristo, es redescubrir nuevas cosas, es amar más La Palabra, comprender más nuestro sentido de Iglesia y nuestra pertenencia a la Iglesia”.
Es por este motivo que su hermano Francisco y él decidieron iniciar este nuevo apostolado para ayudar a más gente a vivir estos viajes como la oportunidad de un encuentro con el Señor y el primer grupo que sacaron fue de 120 jóvenes. Desde hace 20 años que iniciaron a la fecha, han realizado incontables viajes a Tierra Santa, Roma, otros lugares bíblicos, la ruta de Moisés, la ruta de San Pablo, santuarios Marianos y rutas de Santos, etc. Realizan entre dos y tres viajes al año y en cada ocasión siempre invitan a un sacerdote, su éxito llega al grado que personas de todos los estados de México e incluso de otros países quieren unirse a sus peregrinaciones, cuyo objetivo es la evangelización.
P. ¿Cómo es el impacto de la gente que asiste a una peregrinación?
R. Estoy convencido que ir a Tierra Santa es ir a convertirse, es un retiro espiritual, es un encuentro vivo y personal con Cristo y con la Virgen María, guiados con la Palabra en la mano, citando los lugares donde se suscitó el acontecimiento histórico, entonces hemos visto una renovación de fe, las peregrinaciones renuevan la fe, la instrucción, la catequesis y la evangelización y junto con la evangelización la conversión; hemos llevado muchos jóvenes, matrimonios que renuevan sus promesas matrimoniales en las bodas de Caná, es increíble, porque no se trata de un viaje, sino de una peregrinación, se trata de un retiro espiritual que está diseñado para que la gente tenga un encuentro con Cristo y más que una visita es una vivencia del lugar santo y una contemplación, porque los acontecimientos de la vida del Señor están en acto presente, no es algo que sucedió, está sucediendo.

Maestro de Divina Voluntad

Impartiendo clases.
A todas estas maravillas que el Señor ha obrado en el corazón del maestro Pepe, se agregó una más y fue el permitirle conocer su Divina Voluntad a través de los escritos de Luisa Picarreta.
Fueron sus propios alumnos, los del grupo nocturno de Biblia del templo de Colinas de San Javier, los que comenzaron a dejarle los textos de esta Sierva de Dios, sin que los documentos explicitaran de dónde provenía el contenido.
Pepe comenzó a leer estos fragmentos del libro de Cielo en los tiempos que tenía disponibles entre una clase y otra y los textos le causaban un profundo impacto, de hecho ya cada lunes esperaba nuevos textos porque habían despertado en él nuevos sentimientos hacia su fe.
“Hasta que les dije: ¿de dónde están sacando esto?, porque esto me trasciende, me encandila, me sobrepasa”. En esos momentos que leía antes de una clase, los textos le causaban gran conmoción y llegaba con los ojos hinchados por el llanto a su siguiente clase.
Sus alumnas le regalaron el libro de La Pasión de Cristo de Luisa Picarreta para que viera de dónde sacaban los textos que le habían dejado.
“Mi encuentro con Cristo fue en 1985 en aquel retiro en mi parroquia, pero esto era lo que yo estaba buscando” era la respuesta a aquella frase que escuchó en su adolescencia “Todo va a cambiar”. “Yo también sabía en mi corazón que todo lo que el Señor me había dado durante tantos años era la preparación para algo muy grande que vendría en mi vida” y estaba confirmado con los textos de la Divina Voluntad de Luisa Picarreta que estudió y le permitieron confirmar que era eso lo que él quería vivir, el reino de la Divina Voluntad de Dios en su vida, “fue como la luz más grande que ha llegado a mi vida, la gracia más grande, lo que más me ha llenado”, ya que la Biblia se explicita con los escritos de Luisa. “De hecho yo comprendo más ahora los pasajes de la Biblia entre más leo los escritos. He encontrado una gran luz ahí.”
En el año 2005 tuvo además oportunidad de adentrarse en la espiritualidad de Luisa visitando sus sitios en Corato, luego que por una guerra tuvo que suspender, con dos días de anticipación, un viaje a Tierra Santa. Su espiritualidad no ha cambiado, sólo se ha confirmado en la Voluntad de Dios y con ella ha formado algunos Cenáculos para el estudio de la Divina Voluntad, realizando Congresos y retiros a nivel local y regional.

El regalo del Señor
Con Vicky, su esposa, quien lo apoya en su apostolado.
El maestro Pepe conoció a su esposa Victoria en su parroquia. Ella durante muchos años fue coordinadora general de los jóvenes y debían trabajar en equipo, por lo que al paso del tiempo se hicieron novios y como parte de sus actividades en la parroquia, trabajaron también con matrimonios, y recibieron juntos una muy buena formación con la que se consolidó su matrimonio en 1992. Juntos tienen cuatro hijos: Josué que estudia arquitectura y tiene la pasión de un apologeta; Belén que estudia en el Instituto Juan Pablo II y quiere ser familióloga; Miguel Ángel que cursa segundo de secundaria y José María que está en el cielo.
A pesar de sus múltiples actividades con las clases de Biblia, de Divina Voluntad y los apostolados de peregrinaciones y conferencias, Pepe González tiene muy claro que su apostolado principal es la familia y trata de no descuidarlo, de tener tiempo de calidad con ellos, de comer juntos cada día y convivir los más fines de semana posibles.
Su esposa está feliz con lo que él hace, lo apoya incondicionalmente y sin su apoyo él está consciente de que no podría realizar ninguno de sus apostolados.
Agradece cada día a Dios por su esposa, por sus hijos, por la protección que han recibido, porque sus hijos crecieron con la fe a su alrededor y no han renegado de ella, sino por el contrario, porque el mundo no los ha dividido y caminan siempre juntos con una fe sólida y un amor muy grande por Dios y su Iglesia.
Belén, Miguel Ángel, Vicky, Pepe González y Josué. Su familia.
Tan sólo un instrumento
El maestro José González mantiene una relación permanente con el Señor a través de su Palabra y la alimenta con su oración, en el Santísimo y a través de sus diferentes apostolados, buscando hacer siempre la Divina Voluntad de Dios.
P. De todo lo que hace, ¿qué es lo que en su vida le impacta más cuando transmite La Palabra de Dios?
R. Yo mismo me sorprendo. Cuando uno predica la palabra, el más sorprendido es uno porque te das cuenta que es el Señor el que te asiste, es la unción de su Espíritu Santo y yo mismo me quedo pensando: “Señor, qué enseñanza diste”. Hay cosas que yo no tengo planeadas, estudio, me preparo, leo, investigo; humanamente uno hace lo suyo, pero cuando estás dando una clase, empiezan a fluir los textos, empiezan a fluir las vidas de santos, encíclicas papales, tú quedas maravillado y trascendido al ver que es Jesús y ver que tú eres nada más un instrumento y eso me impacta, porque yo le digo ven señor a dar tú la clase en mí y Él la da. Nosotros solo le permitimos a Jesús ser instrumento de su amor y de su gracia para hacer llegar Su Palabra y ves la mano de Dios y ves su asistencia y el gozo que se experimenta. Nunca me he cansado de darle gracias a Dios porque reconozco que es obra de Él, nosotros somos como una segunda humanidad de Cristo, donde le prestamos nuestro cuerpo para que Él se manifieste, le prestamos nuestra alma, todo nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu y el Señor nos toma y se manifiesta a pesar de nuestros errores humanos, de nuestras pasiones, de  nuestras caídas, el amor de Dios se impone.

Para mantenerse en el Arca
P. ¿Todas las circunstancias adversas que se viven en el mundo son causa de que Dios ya no está en nuestras vidas? ¿Cómo deberíamos vivir?
R. Yo creo que lo que se vive no sólo en México, sino en todo el mundo, es el alejamiento de Dios. Alejarse de Su Palabra, alejarse de Su Voluntad, el alejarse de Sus Mandamientos, de los sacramentos, de la Iglesia, entonces no es que Dios se ha ausentado, nosotros nos hemos apartado de Él y ¿qué tenemos qué hacer? Volver a La Palabra, volver a las fuentes, porque regresar al Evangelio es tener un encuentro vivo y personal con Cristo. Necesitamos volver a evangelizar y reevangelizar porque cuando una familia conoce a Cristo el mundo no la zarandea, ni aunque nos  rodeen mil leyes humanas, en nuestra casa reina Cristo, por eso dice el Señor: ´Busca mi reino y todo te vendrá por añadidura, ocúpate de mis cosas que yo me ocuparé de las tuyas´. Dice San Juan, ´si Cristo está con nosotros, ¿quién contra nosotros?´ Nuestra madre de Guadalupe también nos lo dice: ´No tengan miedo, ¿acaso no estoy aquí que soy tu madre?´.
Conservar la fe, transmitir la fe, evangelizar a nuestra familia, consagrar nuestro matrimonio al Espíritu Santo permitirá tener familias fuertes, arcas de salvación que se mantendrán a flote en este diluvio espiritual que estamos viviendo, de todas las corrientes contrarias, la Nueva Era que estamos viviendo, de toda su filosofía, ideología, paradigmas, leyes de la Cultura de la Muerte, el hedonismo, el materialismo, el permisivismo, el relativismo que vivimos.
Si tu familia está consagrada a Dios y a la Virgen María el mundo no penetra, es como el arca de Noé que se puede mantener a flote en medio de las aguas mortíferas, en medio del más terrible diluvio o tempestad, Cristo sostiene la barca, la clave está en centrarnos en Cristo, ser familias Cristocéntricas con mucho sentido de Iglesia. Entonces si tú a tus hijos los formas, los educas, aunque salgan a universidades y encuentren maestros paganos o ateos no les afecta, porque en casa maman a Cristo, tienen a Dios, tienen a Jesús, tienen a la Virgen, tienen La Palabra, tienen la bendición, entonces es una familia que está protegida, que está en comunión con Dios, en amistad con Él.



Una vida basada en La Palabra de Dios.
Desde diferentes estrados, en todas las escuelas de Biblia en donde imparte clases, en todas sus conferencias, y durante las peregrinaciones, el maestro Pepe hace el insistente llamado a la fe, a que los papás inculquen a sus hijos la vida de los Santos, la lectura de la Biblia, que se infunda en ellos el temor de Dios, la obediencia a los mandamientos y que se frecuenten los Sacramentos. Transmite sus conocimientos con pasión y habla con autoridad, como todo un verdadero apóstol de Jesucristo.







El maestro Pepe González y Claudia Ortiz.

Claudia Ortiz
@claudiaortizdev
devazquez21@gmail.com

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11 comentarios:

  1. MUCHAS GRACIAS, YO SOY SEGUIDORA DEL MAESTRO PEPE GONZÁLEZ, YO ESTUVE 5 SEMESTRES EN EL BÍBLICO CATÓLICO Y DOY GRACIAS A DIOS POR ESE TIEMPO.

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  2. Excelente maestro y persona. Que interesante saber sobre su conversión y encuentro con Cristo.

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  3. Qué maravilloso testimonio de conversión y luego de vida, entregada totalmente a difundir la Palabra de Dios. Me encontré, hace pocos días, en Internet un video y comencé a verlo y entonces me dije: "esto es lo que yo estaba buscando", porque había visto otros videos sobre cómo estudiar la Biblia, pero éste, este me impactó mucho por su manera de explicar, es como si estuviese frente a frente en un salón de clase. Qué don tan especial para enseñar.
    Gracias a Dios por PEPE GONZÁLEZ y su maravillosa vida. Que el Señor y la Virgencita lo sigan bendiciendo para el bien de todos.

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  4. A medida que voy leyendo su historia y conociendo más el amor de nuestro señor mis ojos se llenan de lágrimas gracias por enseñarnos a amar a nuestro señor....Bendiciones

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  5. Gracias padre celestial por poner en mi camino estas enseñanzas atraves del maestro Pepe Gonzales, las estaba esperando.
    gracias gracias gracias

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  6. Increible he iniciado en mas de una oportunidad la lectura de la biblia y en estos dias me encuentro con un señor predicador que me ha vuelto a encender esa luz para buscar al Señor. Doy gracias a Dios por que es muy clara y didactica la foŕma de su enseñanza que hace que este uno permanente a la expectativa en cada palabra que expone. Dios la bendiga y siga exponiendo su sabiduria en beneficios de todos los critianos anciosos de la palabra de Dios.

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  7. Dios lo haga santo por que en contre en el el metodo para conocer y amar a Dios nunca me senti tan convencida de mi como ahora lo vivo gracias Dios por el maesyro Pepe Gonzáles Dios lo haga un santo amén

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  8. Dios Bendiga al maestro Pepe y a su familia, desde que empece a ver sus vídeos de estudio de biblia e comprendido muchas cosas que antes eran un misterio. gracias Pepe por tantas enseñanzas de la palabra de DIOS

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  9. ¡Quë bendición haber encontrado a éste Predicador José González,hace años que buscaba a una persona como él, que sabe explicar y transmitir sus conocimientos de una manera muy muy didáctica. Dios Bendice su Sabiduría y su Bien!!! Gracias Padre!!!

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  10. Buenas tardes desde Zipaquirá Colombia, agradecer a Claudia por este reportaje, soy seguidora del maestro pepe, veo sus programas y gracias a la interpretación de la biblia que el maestro efectúa he comprendido la maravilla de ser católica

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  11. Soy seguidora desus predicas que bendición oír su testimonio y su conversión dios lo siga usando para la obra

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