El maestro Pepe González proclamando la Palabra en Tierra Santa. |
Por Claudia Ortiz
Es increíble cómo el artesano puede moldear y restaurar su
obra hasta dejarla hermosa para el ojo humano, lo hace con paciencia, con
delicadeza y hasta con ternura para aquellas finas piezas. Y así fue como
Nuestro Artesano moldeó el espíritu del conocido maestro de Sagradas
Escrituras, José –mejor conocido como Pepe- González, que antes de los 16 años
era un joven que todo lo quería arreglar a golpes y por eso se ganó el título
de “Rocky”; pero en un retiro, de “un solo golpe”, con infinita paciencia, ternura
y amor, Jesús lo tocó y transformó a través de Su Palabra.
Desde ese momento el joven José se dedicó al estudio de la
Biblia y sin planearlo, incluso empezó a transmitirla. El llamado fue tan
grande y tan profundo que decidió enfocarse en La Palabra por completo. Ahora no
sólo su vida está consagrada a la evangelización a través de las Sagradas
Escrituras, sino también su matrimonio y su familia que han recibido la
protección de Dios y de la Santísima Virgen, justamente por la entrega y
aceptación de La Palabra que han tenido todos los miembros de la familia.
El Señor ha seguido obrando en su perfeccionamiento
espiritual para que pueda cumplir con su misión de transmitir a otros los
mensajes que Jesús nos ha dejado en Las Sagradas Escrituras, lo hace como un
fiel testigo de su amor, con una gran paz y, gracias a su espiritualidad, con
la sabiduría que sólo puede provenir del Espíritu Santo.
El maestro Pepe González ha concedido a Cómo se Hace un
Santo los detalles de su historia, que al final demuestran cómo llevar una vida
Cristocéntrica y en la voluntad de Dios que concede la paz, el amor y la
protección de los ataques del mundo. Algunos de sus proyectos los realiza junto con
su hermano Francisco, ambos buscan saciar esa sed de Dios que existe en una
comunidad que se ha alejado cada vez más del Señor.
Le gustaban las
historias de los Santos y el futbol
Durante su infancia, con la pasión del futbol. |
Pepe es el penúltimo de una familia de nueve hijos, sus
papás fueron José González (q.e.p.d.) y María Guadalupe Martínez y nació el 3
de enero de 1969 en Guadalajara. De todos sus hermanos siempre tuvo una
relación más cercana con Francisco, el anterior a él en edad.
Tuvo una bella infancia, recuerda que los jóvenes de la
cuadra les organizaban juegos en la calle y salían también los papás,
organizándose bellas y sanas convivencias con toda la familia.
En su casa también había armonía gracias a una tradición de
la familia: Su mamá les contaba historias de los santos y escenas de la Biblia
durante el desayuno, principalmente los sábados, aunque también en otros
momentos. Recuerda que esos ratos de convivencia, charla y aprendizaje
comenzaron a marcar su vida, eran momentos que disfrutaba y que junto con la
devoción que les inculcó al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen de
Guadalupe, además de los días en que se unían a orar el Rosario, le permitieron
una infancia de fe y oración.
Su infancia y adolescencia también estuvieron cuidadas en el
tema de la salud, ya que desde los 9 años practicó el futbol, entró al Club
Chivas y se cuidaba en su alimentación y hábitos, entrenaba mucho y hacía mucho
ejercicio, por lo que junto con sus amigos logró destacar y ganaron muchos
campeonatos.
Se involucra en un
ambiente de violencia
Al ingresar a secundaria, sus preferencias y comportamiento
tomaron otro camino, “me desboqué”, relató. Si bien sus compañeros de deporte
se cuidaban de no tomar alcohol y de llevar una vida muy sana, sus nuevos
amigos tenían otras costumbres, “la mayoría de mis amigos ingerían droga,
alcohol, tabaco, el ambiente de ellos era muy fuerte, es un ambiente de mucha
fiesta, de mucho antro y muchas mujeres”, y a Pepe “por revoltoso” lo eligieron
como vicepresidente, ingresó al ambiente corrompido y de violencia de ese grupo,
“todo lo queríamos resolver con golpes y violencia”.
Además se perdió de la instrucción secundaria porque al
tener ese cargo, no necesitaba entrar a clases, por su participación en este
grupo ya tenía el 100 en todas las asignaturas, así que tenían toda la libertad
de vagar para resolver los conflictos que enfrentaban.
Una tarde de soledad
y su primer encuentro con el Señor
Dentro de todo ese torbellino que vivía, se topó con un
momento de paz, una tarde se encontró solo en la cochera de su casa,
extrañamente la calle se encontraba vacía, y comenzó a sentir una profunda
nostalgia y tristeza:
“Estaba agarrado de los barrotes del cancel de la casa de mi
mamá y miré al cielo, se veían las nubes, el cielo medio rojizo, era una tarde
increíble y yo miraba hacia abajo y arriba y enfrente, ¡y nadie!, parecía que
yo era la única persona que estaba ahí,
y recuerdo que en ese momento empecé a pensar en Dios, en aquella nostalgia
y tristeza sentí dentro de mí:
-Pero un día todo va a cambiar.
Esto no sé por qué te lo estoy contando, pero yo en mi
interior sentí palabras, yo no emitía palabras, era como un diálogo interno, yo
no conocía al Señor, más que de oídas, de lo que escuchaba a mi mamá, pero yo
no había tenido un encuentro personal con Jesús y en esa nostalgia, como que
viendo un poquito mi vida vacía, con mi pensamiento, le dije:
-Señor, si estás ahí, si verdaderamente existes, cambia mi
vida.
Y como que el Señor en mi interior me dijo:
-Todo va a cambiar.
Cuando yo escucho esa voz interna, toda esa nostalgia,
tristeza ¡se va! y de pronto me llené de una alegría y me metí a mi casa, ya no
tuve necesidad de estar con los amigos, porque sentí que algo había pasado que
yo no entendí nada, era muy pequeño, tenía entre 12 y 13 años, estaba entre la
niñez y la adolescencia, era cuando las cosas empezaban a no estar muy bien,
por el ambiente y las amistades que te jalan y yo olvidé eso, nunca más me
acordé de esa tarde”.
Las malas influencias
Con su mamá, María Guadalupe. |
“El ambiente te empieza a carcomer, empiezo a querer fumar,
empiezo a querer tomar, a entrar en un espíritu de rebeldía”. Estuvo en grave
riesgo de caer en lo mismo que sus amigos, “el ambiente te va jalando, mis
amigos me empezaban a invitar a tomar, de pronto uno cae, no te das cuenta, el
ambiente me absorbió, me fue jalando, pero había algo dentro de mí, y mi madre
que me daba la confianza y no quería defraudarla, en ese inter, antes de que me
diera totalmente al mundo, me rescata; me estaba apenas empezando a meter,
sabía que si daba ese paso me iba a perder, pero en ese momento no puedes decir
que no, se requiere una fuerza divina que te haga decir no al mundo”.
“En tercero de secundaria siento que ahí me perdí, mi mamá
preocupada, mi hermano Paco, ya no me importaba, llegaba tarde a casa, empezaba
a no respetar a mi madre, ni nada; sólo mis amigos y lo que nos ofrecían los
mayores en ese consejo estudiantil, y así mi vida cayó como un vacío.”
Está convencido que lo que evitó que se perdiera fueron las
oraciones de su madre y de hecho, cuando tenía casi 16 años, ella le dijo sobre
un retiro de tres días para jóvenes en la Parroquia de Santa Inés y ante la
negativa de Pepe, con firmeza le dijo “vas a ir, quieras o no, tienes qué ir”. Sintió
la autoridad de su mamá y aunque por supuesto no quería ir, le respondió: “está
bien, inscríbame, pero no le aseguro nada, tal vez cuando llegue la fecha yo
tenga ya otra intención”.
Cada semana su mamá le recordaba que se acercaba la fecha
del retiro y un día antes del mismo, le avisó que al día siguiente tenían que
salir de casa a las 4:30 para estar a las 5 en el retiro. “La veía tan firme,
no me daba opción, y le dije: voy a ir, pero con una condición, si yo veo que
empiezan con sus charlas aburridas o sus dinámicas aburridas, yo me salgo y si
me quieren detener yo los voy a golpear”.
El día de…
Cuando llegó al lugar del retiro, el lugar se encontraba
solo y él pensó “esto se suspendió, es mi oportunidad, yo cumplí…“
Y cuando decidió retirarse, se topó con una joven que
cargaba una mesa “¿vienes al retiro? Ahorita te inscribo, pero ayúdame”.
No le quedó más que quedarse, se sentó hasta atrás y comenzó
a ver, con molestia, que sólo llegaban señoras mayores y creyó que su mamá lo
había engañado, hasta que por fin vio llegar a sus amigos de la cuadra llevados por sus
mamás de las orejas, eso le dio oportunidad de burlarse de ellos, pero también
de pensar en que la pasarían bien, que tendría con quien “echar relajo”.
También llegó Jesús,
a través de Su Palabra
Su mamá estaba sentada hasta adelante, se había inscrito
también para asegurarse que su hijo estuviera en el retiro, pero Pepe se sentó
lo más lejos posible de ella, hasta atrás y junto con sus amigos empezaron a
hacer ruido, a molestar, hasta que de pronto llegó al salón un joven con su
Biblia, transcribo las palabras textuales de Pepe González sobre su encuentro
con Jesús Resucitado.
“Por en medio del salón entró un joven como de unos 20 años,
que traía un libro a la altura de su pecho, era la Biblia, yo no sabía qué era
ese libro, pero desde que este muchacho entra, yo ya no le puedo despegar la
vista, y en el acto que este muchacho entra todos los jóvenes atrás se
callaron, entonces el joven se para en el pasillo y mira atrás, pero yo sentí
que me estaba mirando sólo a mí, yo sentía su mirada penetrante, entonces me
quedo pensando ´me está mirando, ¿quién es?´ se nos queda viendo como
retándonos con una mirada, se da la vuelta, sigue avanzando, llega al
escenario, abre aquel libro y lo empieza a proclamar. Cuando este joven empieza
a leer aquel libro, empiezo a llorar sin saber por qué y a sentir en el pecho
un dolor, un dolor y un calor, era un dolor, que si tú me preguntas ¿qué te dijo?,
¿qué escuchaste?, yo no me acuerdo de nada, yo en ese momento sentía un dolor
profundo de mis pecados, sentía un arrepentimiento, me sentía tan mal por haber
ofendido a Dios, que empecé a llorar pero me resistía porque me daba vergüenza,
pensaba, ´que no me estén viendo mis amigos, cómo yo voy a estar llorando aquí,
¿qué me pasa?´, pero entre más me resistía, más lloraba, entonces yo miro a izquierda
y a derecha pensando que mis amigos van a estar muertos de risa burlándose,
volteo a un lado y al otro y todos llorando, digo ¿qué es esto? Y aquel joven
seguía hablando, después me entero que él estaba hablando del amor de Dios.
Entonces yo me meto debajo de la banca y caigo de rodillas al suelo y ya no
supe nada de mí, sólo escuchaba lo que aquel joven decía, que no entendía nada,
pero el dolor era más fuerte, el llanto era más fuerte, al punto que yo ya me
descontrolé del llanto sin saber qué era lo que ocurría, entonces termina aquel
joven, entra otra muchacha, que también proclama, también predica, y dio su
testimonio pero no sé qué dijo, yo estaba tirado, entonces mis compañeros
estaban ya serios, sentados, pero yo seguía en el piso”.
Temprano se alistó
para el segundo día de Retiro
Cuando terminó el retiro ese día, ya que el viernes sólo
estaban programadas dos conferencias y los asistentes debían ir a sus casas y
volver al día siguiente, Pepe no quería moverse, tenía vergüenza porque estaba
cubierto de lágrimas, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llanto, no
quería que nadie lo viera, su mamá se acercó a él para irse juntos a casa y de
camino respetó su silencio, no le dijo nada.
Al llegar a su casa se encerró en su cuarto y siguió
llorando toda la noche, “yo no entendía, estaba confundido, pero estaba
encendido, y prácticamente esa noche no dormí, era una presencia de Jesús que
yo no podía describir. Yo decía ¿qué es esto tan hermoso? Era un amor que me
marcaba.”
Se levantó muy temprano y fue a la tienda a comprar jugos y
pan Bimbo para preparar sándwiches, cuando su mamá llegó a la cocina se
sorprendió de que él ya estaba listo para irse, ya desayunado y ya con el
lonche para el medio día para él y para compartir.
Su Pentecostés
Pepe da gracias a Dios por ese sábado 19 de enero de 1985,
el día de su Pentecostés. Quería estar a tiempo en la parroquia para continuar
el retiro, quería continuar en ese gozo y estar listo para la llegada del
Espíritu Santo. Por la noche, el Padre Pedro y sus asistentes iban imponiendo
sus manos sobre cada asistente al retiro, eran 120 personas, mientras oraban
para que llegara el Espíritu Santo.
Él estaba inquieto, ansioso por recibirlo, y siendo testigo
de diferentes manifestaciones entre sus compañeros, cuando por fin llegaron con
él, y no pasaba nada, el Padre le decía: -Concéntrate, no te distraigas. “Y yo frío como un témpano”. Sufrió de pensar
que no recibió al Espíritu Santo y se fue muy triste a su casa.
“Pero espérate en la madrugada, todo lo que yo vi que pasó
en aquel salón, me pasó a mi sólo pero en mi cuarto, me dio un agarrón
tremendo, otra noche sin dormir prácticamente, llorando en mi cama, era un gozo
que no lo puedo describir, yo quería correr, quería gritarle a todo el mundo
que Cristo vivía, era lo que me brotaba del corazón , y una cosa increíble Toda
esa noche el Señor liberándome, sanándome, yo no entendía nada, sólo sentía su
amor y su presencia”.
Al día siguiente, el último día del retiro, no quería volver
a su casa, se quería ir con el equipo de personas que habían impartido el
retiro, ¡quería más de aquel amor de Dios que había conocido!
Sufrió persecución en
la escuela
Al día siguiente, el lunes, Pepe asistió a la escuela, sus
amigos lo esperaban para decirle que había un conflicto con otra banda que había
golpeado a algunos de sus compañeros y tenía que ir a vengarlos. Pepe se negó,
dijo que no podía y a pesar de la insistencia y la sorpresa se mantuvo y no
salió a pelear como acostumbraba, todo el día se quedó en la escuela y entró al
salón de clases, sus profesores y compañeros se extrañaron de que estuviera
tomando las clases. Pero los más sorprendidos fueron sus “amigos”. Ese día se
lo perdonaron, lo observaron raro pero pensaban que estaba enfermo.
Al tercer día de insistencia le preguntaron -¿Qué te está pasando?
“No me aguanté y les empecé a predicar”. Les dijo que Cristo vivía, que era su
Señor y todos sus compañeros de pelea se pusieron en su contra, le dijeron que
estaba loco y le hicieron una batalla campal, le quitaban su mochila y se la
llenaban de tierra y de ladrillos, “me agarraban entre varios me hacían cunita
y me estrellaban contra los postes”.
La persecución no terminó en eso, sino que subió de nivel
cuando las bandas enemigas, a las que él normalmente enfrentaba, se enteraron
de que el líder ya no lo era más, sino que estaba como corderito, entonces lo
buscaron para navajearlo. El director de la escuela tuvo conocimiento de la
gravedad del problema y había ocasiones en que él mismo lo sacaba de la
secundaria en su carro y lo bajaba a unas cuadras para que Pepe tomara su
camión.
También los profesores estaban avisados porque los miembros
de estas bandas se saltaban la barda de la escuela y con sus navajas lo
buscaban a la hora del recreo, cuando los maestros se daban cuenta de que
ocurrían esas infiltraciones en la escuela, mandaban a Pepe a la dirección. “Esos
últimos meses (del ciclo escolar) tenía mucho miedo pero confiaba en Dios, le
decía: Señor, pues si me toca, me toca, pero ya no voy a volver, te conocí a ti, he renunciado”.
Y su perseverancia, a pesar de la persecución, dio sus
primeros frutos cuando uno de sus compañeros de relajo, que se drogaba, se
convirtió también, renunció a la droga y le dijo:
-Yo te creo, vi tu testimonio, vi que cambiaste de la noche
a la mañana, yo he visto que eres otro, llévame contigo.
Pepe estaba feliz porque ya eran dos, ya no se sentía solo y
para sorpresa de sus compañeros, comenzaron a predicar en el salón de clases.
Todo esto lo sufrió sin que su mamá tuviera conocimiento, ya
que no quería angustiarla.
Predicándolo a Él,
Dios Sana su tartamudez
Durante sus estudios de Biblia. |
A los dos meses del retiro, se llevó a cabo otro retiro,
esta vez sí exclusivo para jóvenes, y se juntaron como 200. En una ocasión el
Padre Pedro que los dirigía pidió un lugar para reunirse, y doña Guadalupe,
madre de José, ofreció su jardín. El Padre dijo entonces que necesitaban un
líder, y como ubicó a Pepe como hijo de doña Guadalupe, lo eligió para guiar a
los jóvenes en la formación y catequesis.
Para Pepe esto fue muy angustiante, ya que era tartamudo,
además de considerar su falta de conocimiento, así que para dar los temas,
planeó auxiliarse de otros amigos porque para él era un horror hablar.
Simultáneamente a este grupo de jóvenes, participaba en otro
en el que Padre los puso a estudiar la Biblia y cada semana les preguntaba a
cada uno lo que habían comprendido, sin embargo Pepe, tímido por su tartamudez,
rehuía el que le tocara hablar en público y siempre salía al baño o buscaba un
pretexto para evitar su exposición. Hasta que un día el Padre se dio cuenta y
evitó que saliera del salón para que diera su exposición. Al término de la
misma le dijo que a la semana siguiente también daría el tema, y después de esa
ocasión, le encargó dar la catequesis para adultos.
Pero Pepe seguía sufriendo por su tartamudez, hasta que en una
ocasión sus amigos lo grabaron sin que se diera cuenta y al terminar la clase
le entregaron un audio casette para que se escuchara. Cuando lo hizo no podía
dejar de llorar, se escuchaba con fluidez, nunca se dio cuenta el momento en el
que el Señor lo sanó, pero ya no era tartamudo.
En la preparatoria se
convierte en predicador
Con un grupo de jóvenes estudiando la Biblia. |
Al concluir sus estudios de secundaria ingresó a la
Preparatoria No. 7 y continuaba con sus clases de Biblia en la parroquia con el
Padre Pedro; como también trabajaba, no le daba tiempo de realizar sus lecturas
de Biblia, por lo que se llevaba la Biblia a la escuela para leer en el
trayecto y en los recesos.
Ya en la escuela, cuando se apartaba para realizar sus
lecturas, sus compañeros se acercaban a preguntarle qué leía, y cuando para su
sorpresa escuchaban que la Biblia, se sentaban a su alrededor para escuchar. El
número de interesados fue creciendo, así que Pepe al ver la respuesta, les
propuso que si querían quedarse una hora al terminar las clases para que
tomaran con él una clase de Biblia, y todos estuvieron de acuerdo, por lo que recurrió
al director de la Preparatoria para pedirle un salón para dar clases de Biblia
al concluir las clases y le dijo:
-
¿Qué? ¿Que usted quiere un salón para quedarse
después de clases una hora a clases de Biblia?
-
Sí Señor.
-
Pero Usted está loco, eso no va a funcionar, si
todo lo que quieren es salirse.
-
Pero esto es una petición de ellos.
-
Si es en serio lo que usted me dice, vaya para que le entreguen una llave para el
salón que van a usar.
Y el salón se llenó y cada día recorrían salón por salón
para invitar a todo el estudiantado de la Prepa para a asistir a las clases de
Biblia. “El ambiente era increíble, mis compañeros empezaron a traer más
biblias, se fundó como una incipiente escuelita bíblica en la preparatoria”.
El éxito del proyecto provocó por supuesto la reacción de
los opositores, por un lado se tuvo que enfrentar a alumnos protestantes, pero también
a algunos profesores que valiéndose de su cargo, reprobaban inmerecidamente a
Pepe. Él los enfrentaba y aunque aparentemente le aplaudían, lo calificaban con
la mínima calificación para aprobar la materia.
Sin embargo esa generación vivió una experiencia única,
organizados en esta preparatoria pública vivieron retiros, evangelizaciones,
campamentos y todo lo que el Señor les inspiraba. “Fue una época muy hermosa,
compartiendo la palabra de Dios”.
Profesión: Amante de
la Palabra y Predicador
Con su hermano Francisco, con quien comparte intereses. |
Cuando ingresó a la facultad a estudiar Administración de
Empresas continuó con este proyecto de evangelización en su propia escuela,
pero recibió más fuerte el llamado para dedicar su vida a predicar la Palabra
de Dios así que habló con su mamá y le dijo que quería dejar su carrera, “siento
un llamado en mi corazón, siento que estoy perdiendo el tiempo y necesito
dedicarme de lleno a la Palabra de Dios”.
Pasaba el tempo y su mamá no le daba ninguna respuesta,
seguía pensando el asunto y poniéndolo en su oración, y en una ocasión, frente
a la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús, Pepe le dijo: “No voy a hacer nada
sin su aprobación, recuerde que usted es el instrumento por el que yo
conocí al Señor… yo nada más necesito su
bendición, si no cuento con su bendición no puedo dar este paso”.
-Hágase, -respondió su mamá- tienes mi bendición, si es lo
que Dios te está pidiendo, dedícate de lleno a Su Palabra.
Consultó también el asunto con su hermano Francisco -con
quien fortaleció la relación al tener como un solo corazón, compartir forma de
pensar, intereses y hasta proyectos- pero él nada tuvo que agregar, “mi mamá ya
te dio su bendición”, le dijo.
Pepe estaba muy feliz con esta aprobación y respaldo por
parte de su Madre y hermano y al obtener está bendición y apoyo, en ese momento
comenzó a recibir invitaciones para ser maestro de Sagradas Escrituras en varios
lugares, al punto que todo su horario, mañana, tarde y noche, se llenó de
clases hasta el día de hoy, en que atiende 14 escuelas de Biblia y además la escuela
“Palabras de Vida” que se transmite desde hace cerca de ocho años a través de
María Visión los martes de 5 a 6 de la tarde, las conferencias alrededor del
mundo y el Apostolado de las peregrinaciones a Tierra Santa y lugares Bíblicos.
Su preparación
A la edad de 18 años ingresó al Instituto Bíblico Católico,
pero decidió asistir primero a clases como oyente y tomando algunas clases de
nivel avanzado fue detectado por el director, quien lo mandó llamar. Pepe le
explicó que quería ver si le gustaban las clases y que ya había decidido
inscribirse, así que lo hizo e inició sus clases de manera formal.
Posteriormente el Padre director nuevamente lo mandó llamar,
pero esta vez fue para iniciar con él una relación de amistad que fortalecieron
entre las familias de ambos.
Al poco tiempo el director decidió asignarle grupos para que
impartiera en el Instituto algunas clases de Biblia.
Además de su formación en materia Bíblica en su parroquia
con el Padre Pedro, Pepe asistió a muchos cursos de preparación y retiros a
nivel nacional en grupos de jóvenes, de hecho presidió por un año la Misión
Juvenil Nueva Evangelización que integraba a jóvenes que le hicieron a Dios la
promesa de entregarle 10 años de su vida a la Misión, que ha dado muchos
frutos, sacerdotes, vocaciones y jóvenes líderes.
Su oportunidad de ir
por primera vez a Tierra Santa
Pepe y Francisco en las aguas del Jordán, durante una peregrinación a Tierra Santa. |
Cuando ya Pepe era un maestro consolidado, su hermano
Francisco tuvo la oportunidad de viajar a Tierra Santa y a su regreso le dijo:
Tenemos que cumplir el sueño de muchas almas de llevarlos a Tierra Santa porque
estoy convencido que ir a Tierra Santa es vivir un encuentro con Cristo.
Al año siguiente a través del Instituto Bíblico se organizó
un grupo de gente interesada en ir a Tierra Santa y el nuevo Director le pidió
que guiara al grupo, Pepe aclaró que él nunca había ido a Tierra Santa, pero le
dijeron que con los conocimientos que tenía de la Biblia y de Geografía, sería
suficiente para darles el acompañamiento y así lo hizo.
“Lo atrapó la Madre”
En su primer viaje a Tierra Santa Pepe tuvo un encuentro
maravilloso con la Virgen María en su casita de Nazareth, él tenía 26 años de
edad y aunque ya estaba Evangelizado, nunca esperó que al ingresar a aquella
casa, fuera recibido por su Madre Santísima.
“No me la esperaba, sentir su abrazo, su ternura, su
santidad, su dulzura, en la casita de Nazareth, ahí donde el verbo se hizo
carne, yo no me quería ir de ese lugar porque estaba totalmente postrado,
llorando, me desentendí del grupo, el grupo me entendió, el guía me comprendió,
recuerdo que el guía se me acercó al oído y me dije ´te atrapó la Madre, voy a
llegar al grupo a la carpintería de San José, en una hora regreso por ti´, porque
me vio que estaba totalmente descompuesto, en un llanto sanador, consolador de
estar en las manos de Nuestra Madre, como que me dio la bienvenida a su casita, era algo que yo no tenía planeado ni me imaginaba, entrar
a ese lugar, sentir su presencia y caer mucho tiempo en oración y
contemplación, hasta que llegó el guía, me abraza y me dice ´¿listo para
continuar?´ Le dije: sí, porque tengo que continuar, si no yo me quedaría aquí”.
Peregrinaciones:
Renovación de fe
Proclamando en Tierra Santa. |
La evangelización de Pepe estaba muy clara y definida, sin
embargo después de este bello encuentro se enamoró más de su fe, del Señor, de su
Iglesia, de la Biblia. “Para mí fue como una reconfirmación, fue un
reencuentro, porque en los lugares santos se vive un Pentecostés permanente,
renuevas tu fe, tu bautismo, tu confirmación, renuevas todo, porque es un
retiro espiritual, es una renovación, cada vez que voy es renovarme en Cristo,
es redescubrir nuevas cosas, es amar más La Palabra, comprender más nuestro
sentido de Iglesia y nuestra pertenencia a la Iglesia”.
Es por este motivo que su hermano Francisco y él decidieron
iniciar este nuevo apostolado para ayudar a más gente a vivir estos viajes como
la oportunidad de un encuentro con el Señor y el primer grupo que sacaron fue
de 120 jóvenes. Desde hace 20 años que iniciaron a la fecha, han realizado
incontables viajes a Tierra Santa, Roma, otros lugares bíblicos, la ruta de
Moisés, la ruta de San Pablo, santuarios Marianos y rutas de Santos, etc.
Realizan entre dos y tres viajes al año y en cada ocasión siempre invitan a un
sacerdote, su éxito llega al grado que personas de todos los estados de México e
incluso de otros países quieren unirse a sus peregrinaciones, cuyo objetivo es
la evangelización.
P. ¿Cómo es el impacto de la gente que asiste a una
peregrinación?
R. Estoy convencido que ir a Tierra Santa es ir a
convertirse, es un retiro espiritual, es un encuentro vivo y personal con
Cristo y con la Virgen María, guiados con la Palabra en la mano, citando los
lugares donde se suscitó el acontecimiento histórico, entonces hemos visto una
renovación de fe, las peregrinaciones renuevan la fe, la instrucción, la
catequesis y la evangelización y junto con la evangelización la conversión;
hemos llevado muchos jóvenes, matrimonios que renuevan sus promesas
matrimoniales en las bodas de Caná, es increíble, porque no se trata de un
viaje, sino de una peregrinación, se trata de un retiro espiritual que está
diseñado para que la gente tenga un encuentro con Cristo y más que una visita
es una vivencia del lugar santo y una contemplación, porque los acontecimientos
de la vida del Señor están en acto presente, no es algo que sucedió, está
sucediendo.
Maestro de Divina
Voluntad
Impartiendo clases. |
A todas estas maravillas que el Señor ha obrado en el
corazón del maestro Pepe, se agregó una más y fue el permitirle conocer su
Divina Voluntad a través de los escritos de Luisa Picarreta.
Fueron sus propios alumnos, los del grupo nocturno de Biblia
del templo de Colinas de San Javier, los que comenzaron a dejarle los textos de
esta Sierva de Dios, sin que los documentos explicitaran de dónde provenía el
contenido.
Pepe comenzó a leer estos fragmentos del libro de Cielo en
los tiempos que tenía disponibles entre una clase y otra y los textos le
causaban un profundo impacto, de hecho ya cada lunes esperaba nuevos textos
porque habían despertado en él nuevos sentimientos hacia su fe.
“Hasta que les dije: ¿de dónde están sacando esto?, porque
esto me trasciende, me encandila, me sobrepasa”. En esos momentos que leía
antes de una clase, los textos le causaban gran conmoción y llegaba con los
ojos hinchados por el llanto a su siguiente clase.
Sus alumnas le regalaron el libro de La Pasión de Cristo de
Luisa Picarreta para que viera de dónde sacaban los textos que le habían
dejado.
“Mi encuentro con Cristo fue en 1985 en aquel retiro en mi
parroquia, pero esto era lo que yo estaba buscando” era la respuesta a aquella
frase que escuchó en su adolescencia “Todo va a cambiar”. “Yo también sabía en
mi corazón que todo lo que el Señor me había dado durante tantos años era la
preparación para algo muy grande que vendría en mi vida” y estaba confirmado
con los textos de la Divina Voluntad de Luisa Picarreta que estudió y le
permitieron confirmar que era eso lo que él quería vivir, el reino de la Divina
Voluntad de Dios en su vida, “fue como la luz más grande que ha llegado a mi
vida, la gracia más grande, lo que más me ha llenado”, ya que la Biblia se
explicita con los escritos de Luisa. “De hecho yo comprendo más ahora los
pasajes de la Biblia entre más leo los escritos. He encontrado una gran luz
ahí.”
En el año 2005 tuvo además oportunidad de adentrarse en la
espiritualidad de Luisa visitando sus sitios en Corato, luego que por una
guerra tuvo que suspender, con dos días de anticipación, un viaje a Tierra
Santa. Su espiritualidad no ha cambiado, sólo se ha confirmado en la Voluntad
de Dios y con ella ha formado algunos Cenáculos para el estudio de la Divina
Voluntad, realizando Congresos y retiros a nivel local y regional.
El regalo del Señor
Con Vicky, su esposa, quien lo apoya en su apostolado. |
El maestro Pepe conoció a su esposa Victoria en su parroquia.
Ella durante muchos años fue coordinadora general de los jóvenes y debían
trabajar en equipo, por lo que al paso del tiempo se hicieron novios y como
parte de sus actividades en la parroquia, trabajaron también con matrimonios, y
recibieron juntos una muy buena formación con la que se consolidó su matrimonio
en 1992. Juntos tienen cuatro hijos: Josué que estudia arquitectura y tiene la
pasión de un apologeta; Belén que estudia en el Instituto Juan Pablo II y quiere
ser familióloga; Miguel Ángel que cursa segundo de secundaria y José María que
está en el cielo.
A pesar de sus múltiples actividades con las clases de
Biblia, de Divina Voluntad y los apostolados de peregrinaciones y conferencias,
Pepe González tiene muy claro que su apostolado principal es la familia y trata
de no descuidarlo, de tener tiempo de calidad con ellos, de comer juntos cada
día y convivir los más fines de semana posibles.
Su esposa está feliz con lo que él hace, lo apoya
incondicionalmente y sin su apoyo él está consciente de que no podría realizar
ninguno de sus apostolados.
Agradece cada día a Dios por su esposa, por sus hijos, por
la protección que han recibido, porque sus hijos crecieron con la fe a su
alrededor y no han renegado de ella, sino por el contrario, porque el mundo no
los ha dividido y caminan siempre juntos con una fe sólida y un amor muy grande
por Dios y su Iglesia.
Belén, Miguel Ángel, Vicky, Pepe González y Josué. Su familia. |
Tan sólo un
instrumento
El maestro José González mantiene una relación permanente
con el Señor a través de su Palabra y la alimenta con su oración, en el
Santísimo y a través de sus diferentes apostolados, buscando hacer siempre la
Divina Voluntad de Dios.
P. De todo lo que hace, ¿qué es lo que en su vida le impacta
más cuando transmite La Palabra de Dios?
R. Yo mismo me sorprendo. Cuando uno predica la palabra, el
más sorprendido es uno porque te das cuenta que es el Señor el que te asiste,
es la unción de su Espíritu Santo y yo mismo me quedo pensando: “Señor, qué
enseñanza diste”. Hay cosas que yo no tengo planeadas, estudio, me preparo,
leo, investigo; humanamente uno hace lo suyo, pero cuando estás dando una
clase, empiezan a fluir los textos, empiezan a fluir las vidas de santos,
encíclicas papales, tú quedas maravillado y trascendido al ver que es Jesús y
ver que tú eres nada más un instrumento y eso me impacta, porque yo le digo ven
señor a dar tú la clase en mí y Él la da. Nosotros solo le permitimos a Jesús
ser instrumento de su amor y de su gracia para hacer llegar Su Palabra y ves la
mano de Dios y ves su asistencia y el gozo que se experimenta. Nunca me he
cansado de darle gracias a Dios porque reconozco que es obra de Él, nosotros
somos como una segunda humanidad de Cristo, donde le prestamos nuestro cuerpo
para que Él se manifieste, le prestamos nuestra alma, todo nuestro ser: cuerpo,
alma y espíritu y el Señor nos toma y se manifiesta a pesar de nuestros errores
humanos, de nuestras pasiones, de
nuestras caídas, el amor de Dios se impone.
Para mantenerse en el
Arca
P. ¿Todas las circunstancias adversas que se viven en el
mundo son causa de que Dios ya no está en nuestras vidas? ¿Cómo deberíamos
vivir?
R. Yo creo que lo que se vive no sólo en México, sino en
todo el mundo, es el alejamiento de Dios. Alejarse de Su Palabra, alejarse de Su
Voluntad, el alejarse de Sus Mandamientos, de los sacramentos, de la Iglesia,
entonces no es que Dios se ha ausentado, nosotros nos hemos apartado de Él y ¿qué
tenemos qué hacer? Volver a La Palabra, volver a las fuentes, porque regresar
al Evangelio es tener un encuentro vivo y personal con Cristo. Necesitamos
volver a evangelizar y reevangelizar porque cuando una familia conoce a Cristo
el mundo no la zarandea, ni aunque nos rodeen
mil leyes humanas, en nuestra casa reina Cristo, por eso dice el Señor: ´Busca
mi reino y todo te vendrá por añadidura, ocúpate de mis cosas que yo me ocuparé
de las tuyas´. Dice San Juan, ´si Cristo está con nosotros, ¿quién contra
nosotros?´ Nuestra madre de Guadalupe también nos lo dice: ´No tengan miedo, ¿acaso
no estoy aquí que soy tu madre?´.
Conservar la fe, transmitir la fe, evangelizar a nuestra
familia, consagrar nuestro matrimonio al Espíritu Santo permitirá tener
familias fuertes, arcas de salvación que se mantendrán a flote en este diluvio
espiritual que estamos viviendo, de todas las corrientes contrarias, la Nueva Era
que estamos viviendo, de toda su filosofía, ideología, paradigmas, leyes de la Cultura
de la Muerte, el hedonismo, el materialismo, el permisivismo, el relativismo
que vivimos.
Si tu familia está consagrada a Dios y a la Virgen María el
mundo no penetra, es como el arca de Noé que se puede mantener a flote en medio
de las aguas mortíferas, en medio del más terrible diluvio o tempestad, Cristo sostiene
la barca, la clave está en centrarnos en Cristo, ser familias Cristocéntricas con
mucho sentido de Iglesia. Entonces si tú a tus hijos los formas, los educas,
aunque salgan a universidades y encuentren maestros paganos o ateos no les
afecta, porque en casa maman a Cristo, tienen a Dios, tienen a Jesús, tienen a
la Virgen, tienen La Palabra, tienen la bendición, entonces es una familia que
está protegida, que está en comunión con Dios, en amistad con Él.
Una vida basada en La Palabra de Dios. |
Desde diferentes estrados,
en todas las escuelas de Biblia en donde imparte clases, en todas sus
conferencias, y durante las peregrinaciones, el maestro Pepe hace el insistente
llamado a la fe, a que los papás inculquen a sus hijos la vida de los Santos,
la lectura de la Biblia, que se infunda en ellos el temor de Dios, la
obediencia a los mandamientos y que se frecuenten los Sacramentos. Transmite sus conocimientos con pasión y habla
con autoridad, como todo un verdadero apóstol de Jesucristo.
El maestro Pepe González y Claudia Ortiz. |
Claudia Ortiz
devazquez21@gmail.com
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MUCHAS GRACIAS, YO SOY SEGUIDORA DEL MAESTRO PEPE GONZÁLEZ, YO ESTUVE 5 SEMESTRES EN EL BÍBLICO CATÓLICO Y DOY GRACIAS A DIOS POR ESE TIEMPO.
ResponderBorrarExcelente maestro y persona. Que interesante saber sobre su conversión y encuentro con Cristo.
ResponderBorrarQué maravilloso testimonio de conversión y luego de vida, entregada totalmente a difundir la Palabra de Dios. Me encontré, hace pocos días, en Internet un video y comencé a verlo y entonces me dije: "esto es lo que yo estaba buscando", porque había visto otros videos sobre cómo estudiar la Biblia, pero éste, este me impactó mucho por su manera de explicar, es como si estuviese frente a frente en un salón de clase. Qué don tan especial para enseñar.
ResponderBorrarGracias a Dios por PEPE GONZÁLEZ y su maravillosa vida. Que el Señor y la Virgencita lo sigan bendiciendo para el bien de todos.
A medida que voy leyendo su historia y conociendo más el amor de nuestro señor mis ojos se llenan de lágrimas gracias por enseñarnos a amar a nuestro señor....Bendiciones
ResponderBorrarGracias padre celestial por poner en mi camino estas enseñanzas atraves del maestro Pepe Gonzales, las estaba esperando.
ResponderBorrargracias gracias gracias
Increible he iniciado en mas de una oportunidad la lectura de la biblia y en estos dias me encuentro con un señor predicador que me ha vuelto a encender esa luz para buscar al Señor. Doy gracias a Dios por que es muy clara y didactica la foŕma de su enseñanza que hace que este uno permanente a la expectativa en cada palabra que expone. Dios la bendiga y siga exponiendo su sabiduria en beneficios de todos los critianos anciosos de la palabra de Dios.
ResponderBorrarDios lo haga santo por que en contre en el el metodo para conocer y amar a Dios nunca me senti tan convencida de mi como ahora lo vivo gracias Dios por el maesyro Pepe Gonzáles Dios lo haga un santo amén
ResponderBorrarDios Bendiga al maestro Pepe y a su familia, desde que empece a ver sus vídeos de estudio de biblia e comprendido muchas cosas que antes eran un misterio. gracias Pepe por tantas enseñanzas de la palabra de DIOS
ResponderBorrar¡Quë bendición haber encontrado a éste Predicador José González,hace años que buscaba a una persona como él, que sabe explicar y transmitir sus conocimientos de una manera muy muy didáctica. Dios Bendice su Sabiduría y su Bien!!! Gracias Padre!!!
ResponderBorrarBuenas tardes desde Zipaquirá Colombia, agradecer a Claudia por este reportaje, soy seguidora del maestro pepe, veo sus programas y gracias a la interpretación de la biblia que el maestro efectúa he comprendido la maravilla de ser católica
ResponderBorrarSoy seguidora desus predicas que bendición oír su testimonio y su conversión dios lo siga usando para la obra
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