martes, 14 de noviembre de 2017

Doble vocación: Sacerdorcio y ayudar a otros a que abracen la felicidad

Lleno de felicidad y dispuesto a compartirla
“Estoy convencido del amor misericordioso de Dios, estoy convencido que Él puede cambiar nuestros corazones si le dejamos”.

Estanislao Ormaeche








Por Claudia Ortiz Aguilar
Estanislao Ormaeche es un joven camino al sacerdocio, su historia es impresionante no sólo por lo hermoso que es conocer de una vocación sacerdotal, sino porque ésta surgió por el testimonio de misioneros que visitaban Santa María de Loreto, en Perú, pueblo en el que nació el 28 de diciembre de 1982.
Pero por si esto fuera poco, su historia es aún más impresionante al saber que no sólo la vocación nació con él, sino también el deseo de ayudar a otros a ser felices, especialmente a los jóvenes, a los que tristemente ve como “zombies” por la calle, con un vacío profundo y buscando afanosamente la felicidad pero sin poder encontrarla.


Creció en un ambiente de amor
Santa María de Loreto, lugar en el que nació, es un pueblo fundado por su abuelo Carlos Trudel, un misionero laico franciscano que arribó desde Canadá y después de que se casó con su abuela, Bersabé Bocanegra, el Obispo les encargó llevar adelante la misión en el pueblito.
Es hijo de María Salvadora y Estanislao, quienes procrearon cinco hijos en total, que crecieron en un ambiente de amor y espiritualidad. “Vengo de una familia sencilla, donde los valores fundamentales eran la unión y el cariño mutuo.”

Una vocación de servicio nacida de un testimonio sacerdotal

Los sacerdotes han sido un importante testimonio en su vida. Aquí con el nuevo Cardenal Carlos Aguiar Retes, el día de su nombramiento.

Su abuelo Carlos Trudel inculcó la fe católica a toda su familia y a los habitantes del pueblo en sí; cuando Estanislao habla de su vocación, su razón lo remite al ejemplo de santidad de su abuelo, la unidad de su familia y la presencia de los misioneros en el pueblo.
Cada 15 días llegaban muchos misioneros a Santa María, su infancia y adolescencia fue marcada por ellos, en particular por dos sacerdotes, uno Oblato de María Inmaculada, P. Mauricio Schroeder, y otro Norbertino, P. Jack M´Carthy, que trabajaban en un hospital y entregaban su esfuerzo y sacrificio por personas que no conocían, personas necesitadas, se desvivían por atenderlas y sin recibir nada a cambio.
Estanislao tenía 17 años cuando salió de su casa y se fue a trabajar al hospital Santa Clotilde, en donde le tocó laborar con estos sacerdotes a los que observó entregarse de manera ejemplar, y comenzó a pensar en que le gustaría tener la felicidad que ellos tenían y la fuerza que los hacía no mostrar nunca su cansancio. Entonces no tenía claro que Dios lo llamara al sacerdocio, pero sí sabía que Dios le había creado para algo especial.

“Desde muy pequeño existía en mí el deseo profundo de abrazar la felicidad, era parte de mi día a día el saber que había nacido para ser feliz y así lo he vivido.”

El encuentro de una felicidad para compartir
Con una gran inquietud por el tema de la felicidad y su gran deseo de ayudar al prójimo a encontrarla, dejó el hospital y se trasladó a Lima en donde estudió Filosofía.
Mientras estaba en la Universidad se integró a una institución provida y al paso del tiempo empezó a profundizar en el tema y se dio cuenta de la necesidad de ayudar a comprender a otros por qué la vida debía ser defendida.
El análisis de estos temas y la especial sensibilidad que tenía por los mismos, lo hizo observar lo trascendente en lo común de la vida, “me impactó mucho el hecho de ver a chicos muy jóvenes, en la calle como zombies, con un vacío profundo, porque no tienen felicidad.” Y es que –explicó- “los adolescentes y jóvenes estamos en una etapa en donde creemos que lo podemos hacer todo, incluyendo transformar al mundo, pero nos olvidamos que tenemos que transformar primero nuestras vidas para transformar a la humanidad, amarnos a nosotros mismos, amar al que está a nuestro lado”.
Las cosas se fueron dando para que comenzara ese anhelo de ayudar a otros a encontrar la felicidad, y es que en la Universidad tuvo oportunidad de tratar a muchos jóvenes, de estudiar temas filosóficos y antropológicos que lo ayudaron a comprender al hombre, y ahora se da cuenta que haber estudiado primero Filosofía le fue de gran ayuda para comprender mejor a las personas y poder ayudarlas.

Su especial interés, ayudar a los jóvenes a ser felices.

El camino a la felicidad, al final lleva a Dios
En su trato con los jóvenes que ayuda, y actualmente incluso matrimonios o personas mayores en algunos casos, su primer punto no es Dios, explicó Estanislao; “es buscar ayudarles a crecer humanamente poco a poco” y no es que les resuelva la vida, sino que los llena de preguntas buscando encaminarlos a que ellos mismos encuentren la solución al asunto que los abruma.
Tanto en lo personal, como en el caso de los jóvenes, Estanislao se dio cuenta que se puede tenerlo todo materialmente hablando, pero se necesita algo más y mientras no se encuentre se sentirá un vacío profundo, todo por la falta de formación espiritual.
Entonces pensó: “Yo no puedo ser egoista debo buscar que esas personas se encuentren con Cristo”; y cuando ya no puedes ayudar, cuando te encuentras en el límite, le entregas todo a Dios y le dices: “este es mi límite, no sé qué hacer, dime tú qué hacer, es cuando reconocemos que Jesucristo puede cambiar la vida, que la Eucaristía es fuente de sanación.
“Tenía que darles algo más y buscaba que se acercaran a Dios y una vez que lo hacían iban superando los problemas en su vida. Había que hacerles descubrir el amor profundo que Dios les tiene y a través de ello descubrir las metas; eso me llevó a unirme más a Dios, a plantearme qué quiero hacer con mi vida, cómo puedo ayudar a esas personas … cuando quieres ayudar a alguien hay qué doblar las rodillas, ponernos en oración, cómo puedo ayudar a esta persona… no pensar  en ti mismo”.

El llamado
Con sus compañeros seminaristas y el
Cardenal Luis Antonio Tagle de Filipinas.

Entonces conoció  el Regnum Christi y fue a hacer una experiencia de 15 días en Brasil “y descubrí que Dios me quería ahí, Dios me estaba llamando a ese lugar, entonces no tenía una fe plena y ahí fue donde la encontré … fui católico, pero terrible, muy fiestero, no era nada santo, ayudaba a mucha gente pero también me faltaba la paz”.
Cuando se decidió a ingresar, lo hizo a su estilo y con lo que le apasiona, que es viajar, se fue en autobús y le tomó siete días llegar a Brasil conociendo todos los lugares a su paso.
Permaneció en la Congregación por diez años, mientras realizó sus estudios de Humanidades y con la ayuda de su director espiritual pudo distinguir que esa no era su vocación.
Sobre su estancia en esa congregación –recuerda- aprendió mucho sobre vivir como una familia, y en materia educativa tuvo un gran aprendizaje sobre la formación humana, intelectual y apostólica. Vivió grandes experiencias enriquecedoras que recuerda con cariño y por ello mantiene contacto tanto con sus compañeros como con sacerdotes formadores.
Dios sabe sus tiempos y sus caminos, y eso queda claro en el caminar de Estanislao ya que aunque los misioneros que asistían a su pueblo cada 15 días eran franciscanos y fueron ellos los que con su testimonio le dejaron el mayor impacto de donación y felicidad por el servicio, y a pesar de que conoció en su vida varias congregaciones religiosas, recibió el llamado de integrarse con los Legionarios de Cristo, pero después “Dios te va mostrando el camino y te lleva a donde quiere”, Estanislao dejó la congregación faltando un año para ordenarse como sacerdote.

P. ¿Qué te inquietaba?
Ante la Virgen Santísima aclaró su vocación.

R. El carisma personal, además de que tienes que recibir el llamado de Dios tienes que ver tu propio carisma, los dones que Dios te ha dado y utilizarlos para el bien de la Iglesia. Soy bastante activo y Dios me quería en otro lugar, me dediqué a rezar para ver lo que Dios quería, en este proceso me encontré con la Virgen de Guadalupe, viví en México 2 años, mi relación con Ella fue creciendo y le confié: -Estoy pasando por esto, ¿qué me recomiendas?, ¿qué quieres que haga?. Fui a Medjugorje para que Ella me encaminara a donde me quería y Ella me fue encaminando.
Después de abandonarse a la Virgen recibió un par de invitaciones, una de ellas, a la Prelatura de Cancún Chetumal, que es un lugar de misión y justo esa invitación es la que aceptó para apoyar la promoción vocacional, que es en donde lo necesitaban.
“Me encantan las misiones, es apasionante ver la  necesidad de la gente, ayudarlos, hay muchos inmigrantes, son personas muy sencillas, no sólo pobres materialmente, sino también en materia espiritual pero con una gran bendición de Dios.”

P. ¿Qué experiencias ha vivido en esta nueva vida diocesana?
En la Prelatura de Cancún-Chetumal.
R. Me tocó organizar la Santa Misa  por primera vez, también se tiene un poco más de facilidad de visitar a la gente, de estar más cercano, ir a sus casas, estar con ellos, orar con ellos; siempre estás en Misión, siempre estás misionando.
Ahora rezo solo, mi oración la hago solo, antes lo hacía en comunidad, sabes que estás unido a la oración universal de la iglesia, pero ahora no tienes a nadie que está detrás de ti y lo haces por amor.
Esta vocación de ser misionero me está llenando más, tener la experiencia de gente sencilla, la gente que se atiende aquí son muchos migrantes, vienen de otros lugares a trabajar aquí intentando salir adelante, y nosotros los alentamos recordándoles que Dios está ahí con ellos.

“Aquí estoy para lo que necesiten”

Listo para ayudar a quien lo necesite.

Estanislao se presenta a sí mismo como “totalmente dedicado al coaching, es decir, a acompañar a cada una de las personas que se ponen en contacto conmigo”, esto sin considerar que es un seminarista, al que ahora -con los diocesanos- le faltan dos años de estudios para alcanzar el sacerdocio; y que los estudios y actividades de un seminarista son muy absorbentes, sin embargo concluye su presentación con la garantía: “estoy aquí para lo que necesiten”.
“Siempre hay tiempo para ayudar”, asegura en entrevista, al mismo tiempo que reconoce que los estudios son muy absorbentes, pero siempre encuentra el tiempo de atender a quien lo busca, casi siempre vía telefónica, aunque sean de otros países. “Hoy recibí mensaje de Colombia”, comentó al momento de la entrevista.
Estanislao promueve sus mensajes positivos y alentadores a través de varias redes sociales, y atiende a cualquier persona que lo busque. En su blog ha planteado que considera que además de sus estudios, “lo que más me ha ayudado para poder ahora ser un buen coach, es el hecho que he tenido la oportunidad de conocer diferentes culturas, personas de distintas personalidades que siempre me han enseñado mucho.”

Jóvenes perdidos
Por su experiencia en el trato con los jóvenes, sobre todo con aquellos que se encuentran en problemas, Estanislao puede distinguir la problemática que vive este sector de la población, que de hecho, dice, “son los mismos problemas que existieron hace siglos atrás, los jóvenes de ahora tienen las mismas preguntas que se tuvieron anteriormente: ¿qué sentido tiene la vida?, ¿por qué no soy feliz?.
“Y llega un momento donde los jóvenes se empiezan a abrir, me he dedicado mucho a escuchar, y a preguntar más, y eso les va ayudando; he intentado tener una vida que pueda ser de ayuda a los demás, saber decir no solamente ´te comprendo´, ´ánimo´, no es suficiente, es necesario ayudarle a descubrir las virtudes que tienen, los dones que cada uno tiene; cuando un joven se me acerca a querer platicar y le pido que me diga tres de las virtudes más sobresalientes en sus vidas, pocos jóvenes me saben responder. El hecho de retar a los jóvenes, hacerles pensar, les ayuda a tener más confianza, les ayuda a que ellos mismos busquen la solución.”

P. ¿Cuáles son los problemas que actualmente viven los jóvenes?
Con un grupo de adolescentes a los que actualmente da un curso para que se especialicen en acompañar y ayudar a otros adolescentes

R. En primer lugar es la falta del amor, no tanto, el haber perdido el sentido profundo de la razón de sus vidas, de quién les ha creado realmente. Muchos llevan bastante odio en su corazón, bastante rencor y hay que ayudarles a que redescubran el amor, cuando se saben amados, es cuando empiezan a crecer.
El mundo nos ha llevado a ser muy egoístas, a muchos nos ha vuelto más anarquistas, a creer que todo nos lo merecemos, materialmente hablando, nos ha llevado a olvidarnos de lo valioso que realmente merecemos, pero cuando no tenemos las cosas materiales que nos satisfacen, es cuando encontramos el vacío.
Algunos se quieren suicidar y entonces hay qué ayudarlos a que se descubran a sí mismos, a que piensen qué quieren hacer con sus vidas, que descubran un objetivo. Muchos de los jóvenes están perdidos porque sus vidas no tienen sentido, porque no tienen una razón para levantarse por la mañana.
Sólo se están concentrando en vivir el momento para sentirse felices, pero cuando pasan esos momentos se dan cuenta de que tienen los problemas de siempre.  Pero ahora la gente es más sensible, cualquier cosa te puede llevar a sentirte desanimado.

Importantes expectativas
"Dios me quiere aquí".

“La esperanza teologal me ha ayudado en mi vida a vivir el momento presente porque Dios tiene algo grande en mi vida y la de todos… esta esperanza me llevó a que los pasos que he ido dando, los he tomado con mucha tranquilidad, con mucha confianza, a  donde Dios me ha ido llevando, ahí he ido.
“Estoy contento de que Dios me quiere aquí, a pesar del calor de Cancún, a mí me gusta el clima frío, hay qué hacer el sacrificio por la salvación de las almas.” Aunque originalmente acompañaría a la pastoral vocacional, actualmente trabaja en la Pastoral Social, pues la gente necesita acompañamiento espiritual.
Y como tiene pocos meses en el seminario Diocesano de la Prelatura Chetumal – Cancún, sigue aprendiendo pues a pesar de sus estudios en el Regnum Christi, ahora vive un mundo nuevo porque la vida religiosa es diferente a la vida diocesana en la que –dice- “estoy aprendiendo de todo porque el sacerdote está en la parte administrativa, espiritual, humana, desde la capilla que está cayendo el agua, no tienen cosas, etc.”.

P. ¿Cómo ha tocado Dios tu vida?
R. Las maravillas que Dios hace cada día en nuestras vidas, cada minuto Dios está haciendo grandes milagros, a mí se me pasó muchas veces darme cuenta lo que hace en mi vida, hay muchas cosas negativas, muchas que quizá no me han agradado, pero millones de cosas positivas, cada vez que necesito agarrar experiencia, siempre hay un milagro, antes era muy enojón, ahora pocas cosas me enojan, por cada cosa negativa siempre hay un milagro, siempre está la bendición de Dios.
Tengo cero amigos, lo que tengo es mucha familia, cada persona que se ha presentado en mi vida, Dios ha puesto en mi camino para ser mi familia cristiana dentro de la Iglesia.
Debemos cada día ir descubriendo los milagros que Dios hace en nuestras vidas, es maravilloso, sí tal vez nuestra vida es un valle de lágrimas, eso no hace que deje de ser maravillosa. La meta es el cielo, allá tenemos que ir. Yo estoy feliz de estar en esta tierra, de la oportunidad que tengo cada día de ayudar a las personas.
"Tengo cero amigos, lo que tengo es mucha familia".


P. Me hablaste de milagros en los últimos meses con los Legionarios, ¿Me podría explicar a qué se refiere?
R. Mi relación íntima con Dios fue creciendo. En los últimos meses antes de salir de la Legión fui profundizando en el Sagrado Corazón de Jesús y mi actuar desde entonces ha buscado ser desde esa perspectiva, cómo ama Jesús, así quiero amar yo también. Y mi relación con la Virgen María se ha ido profundizando y trato cada día de hacer la experiencia profunda de que Ella está siempre conmigo acompañándome y protegiéndome.

Quiero que sepan que cuentan con mi cercanía y mis oraciones. Si en algo te puedo ayudar, aquí me tienes.

Estanislao ofrece el coaching desde hace dos años de forma gratuita, “Si tenemos un don, que no es nuestro, Dios nos lo ha dado, por qué no ponerlo al servicio de los demás”. Sin embargo casi siempre recibe donativos de las personas a las que ayuda, y de hecho es de estos ingresos de los que sostiene sus estudios sacerdotales. Si deseas contactarlo, enseguida encontrarás sus redes sociales.
Le encanta viajar, durante su visita.

Claudia Ortiz
@claudiaortizdev
devazquez21@gmail.com
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Página Web:   www.frestanislao.org

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