Lleno de felicidad y dispuesto a compartirla |
“Estoy convencido del amor
misericordioso de Dios, estoy convencido que Él puede cambiar nuestros
corazones si le dejamos”.
Por Claudia Ortiz Aguilar
Estanislao Ormaeche es un
joven camino al sacerdocio, su historia es impresionante no sólo por lo
hermoso que es conocer de una vocación sacerdotal, sino porque ésta surgió por
el testimonio de misioneros que visitaban Santa María de Loreto, en Perú,
pueblo en el que nació el 28 de diciembre de 1982.
Pero por si esto fuera poco,
su historia es aún más impresionante al saber que no sólo la vocación nació con
él, sino también el deseo de ayudar a otros a ser felices, especialmente a los
jóvenes, a los que tristemente ve como “zombies” por la calle, con un vacío
profundo y buscando afanosamente la felicidad pero sin poder encontrarla.
Creció
en un ambiente de amor
Santa María de Loreto, lugar
en el que nació, es un pueblo fundado por su abuelo Carlos Trudel, un misionero
laico franciscano que arribó desde Canadá y después de que se casó con su
abuela, Bersabé Bocanegra, el Obispo les encargó llevar adelante la misión en
el pueblito.
Es hijo de María Salvadora y
Estanislao, quienes procrearon cinco hijos en total, que crecieron en un
ambiente de amor y espiritualidad. “Vengo de una familia sencilla, donde los
valores fundamentales eran la unión y el cariño mutuo.”
Una
vocación de servicio nacida de un testimonio sacerdotal
Los sacerdotes han sido un importante testimonio en su vida. Aquí con el nuevo Cardenal Carlos Aguiar Retes, el día de su nombramiento. |
Su abuelo Carlos Trudel inculcó
la fe católica a toda su familia y a los habitantes del pueblo en sí; cuando
Estanislao habla de su vocación, su razón lo remite al ejemplo de santidad de
su abuelo, la unidad de su familia y la presencia de los misioneros en el
pueblo.
Cada 15 días llegaban muchos
misioneros a Santa María, su infancia y adolescencia fue marcada por ellos, en
particular por dos sacerdotes, uno Oblato de María Inmaculada, P. Mauricio
Schroeder, y otro Norbertino, P. Jack M´Carthy, que trabajaban en un hospital y
entregaban su esfuerzo y sacrificio por personas que no conocían, personas
necesitadas, se desvivían por atenderlas y sin recibir nada a cambio.
Estanislao tenía 17 años
cuando salió de su casa y se fue a trabajar al hospital Santa Clotilde, en
donde le tocó laborar con estos sacerdotes a los que observó entregarse de
manera ejemplar, y comenzó a pensar en que le gustaría tener la felicidad que
ellos tenían y la fuerza que los hacía no mostrar nunca su cansancio. Entonces
no tenía claro que Dios lo llamara al sacerdocio, pero sí sabía que Dios le
había creado para algo especial.
“Desde muy pequeño existía en mí
el deseo profundo de abrazar la felicidad, era parte de mi día a día el saber
que había nacido para ser feliz y así lo he vivido.”
El
encuentro de una felicidad para compartir
Con una gran inquietud por
el tema de la felicidad y su gran deseo de ayudar al prójimo a encontrarla,
dejó el hospital y se trasladó a Lima en donde estudió Filosofía.
Mientras estaba en la
Universidad se integró a una institución provida y al paso del tiempo empezó a
profundizar en el tema y se dio cuenta de la necesidad de ayudar a comprender a
otros por qué la vida debía ser defendida.
El análisis de estos temas y
la especial sensibilidad que tenía por los mismos, lo hizo observar lo
trascendente en lo común de la vida, “me impactó mucho el hecho de ver a chicos
muy jóvenes, en la calle como zombies, con un vacío profundo, porque no tienen
felicidad.” Y es que –explicó- “los adolescentes y jóvenes estamos en una etapa
en donde creemos que lo podemos hacer todo, incluyendo transformar al mundo,
pero nos olvidamos que tenemos que transformar primero nuestras vidas para
transformar a la humanidad, amarnos a nosotros mismos, amar al que está a
nuestro lado”.
Las cosas se fueron dando
para que comenzara ese anhelo de ayudar a otros a encontrar la felicidad, y es
que en la Universidad tuvo oportunidad de tratar a muchos jóvenes, de estudiar temas
filosóficos y antropológicos que lo ayudaron a comprender al hombre, y ahora se
da cuenta que haber estudiado primero Filosofía le fue de gran ayuda para
comprender mejor a las personas y poder ayudarlas.
El
camino a la felicidad, al final lleva a Dios
En su trato con los jóvenes
que ayuda, y actualmente incluso matrimonios o personas mayores en algunos
casos, su primer punto no es Dios, explicó Estanislao; “es buscar ayudarles a
crecer humanamente poco a poco” y no es que les resuelva la vida, sino que los
llena de preguntas buscando encaminarlos a que ellos mismos encuentren la
solución al asunto que los abruma.
Tanto en lo personal, como
en el caso de los jóvenes, Estanislao se dio cuenta que se puede tenerlo todo
materialmente hablando, pero se necesita algo más y mientras no se encuentre se
sentirá un vacío profundo, todo por la falta de formación espiritual.
Entonces pensó: “Yo no puedo
ser egoista debo buscar que esas personas se encuentren con Cristo”; y cuando
ya no puedes ayudar, cuando te encuentras en el límite, le entregas todo a Dios
y le dices: “este es mi límite, no sé qué hacer, dime tú qué hacer, es cuando
reconocemos que Jesucristo puede cambiar la vida, que la Eucaristía es fuente
de sanación.
“Tenía que darles algo más y
buscaba que se acercaran a Dios y una vez que lo hacían iban superando los
problemas en su vida. Había que hacerles descubrir el amor profundo que Dios
les tiene y a través de ello descubrir las metas; eso me llevó a unirme más a
Dios, a plantearme qué quiero hacer con mi vida, cómo puedo ayudar a esas
personas … cuando quieres ayudar a alguien hay qué doblar las rodillas,
ponernos en oración, cómo puedo ayudar a esta persona… no pensar en ti mismo”.
El
llamado
Con sus compañeros seminaristas y el Cardenal Luis Antonio Tagle de Filipinas. |
Entonces conoció el Regnum Christi y fue a hacer una
experiencia de 15 días en Brasil “y descubrí que Dios me quería ahí, Dios me
estaba llamando a ese lugar, entonces no tenía una fe plena y ahí fue donde la
encontré … fui católico, pero terrible, muy fiestero, no era nada santo,
ayudaba a mucha gente pero también me faltaba la paz”.
Cuando se decidió a
ingresar, lo hizo a su estilo y con lo que le apasiona, que es viajar, se fue
en autobús y le tomó siete días llegar a Brasil conociendo todos los lugares a
su paso.
Permaneció en la
Congregación por diez años, mientras realizó sus estudios de Humanidades y con
la ayuda de su director espiritual pudo distinguir que esa no era su vocación.
Sobre su estancia en esa
congregación –recuerda- aprendió mucho sobre vivir como una familia, y en
materia educativa tuvo un gran aprendizaje sobre la formación humana,
intelectual y apostólica. Vivió grandes experiencias enriquecedoras que
recuerda con cariño y por ello mantiene contacto tanto con sus compañeros como
con sacerdotes formadores.
Dios sabe sus tiempos y sus
caminos, y eso queda claro en el caminar de Estanislao ya que aunque los
misioneros que asistían a su pueblo cada 15 días eran franciscanos y fueron
ellos los que con su testimonio le dejaron el mayor impacto de donación y
felicidad por el servicio, y a pesar de que conoció en su vida varias
congregaciones religiosas, recibió el llamado de integrarse con los Legionarios
de Cristo, pero después “Dios te va mostrando el camino y te lleva a donde
quiere”, Estanislao dejó la congregación faltando un año para ordenarse como
sacerdote.
P.
¿Qué te inquietaba?
Ante la Virgen Santísima aclaró su vocación. |
R. El carisma personal, además de que tienes que recibir el llamado de
Dios tienes que ver tu propio carisma, los dones que Dios te ha dado y
utilizarlos para el bien de la Iglesia. Soy bastante activo y Dios me quería en
otro lugar, me dediqué a rezar para ver lo que Dios quería, en este proceso me
encontré con la Virgen de Guadalupe, viví en México 2 años, mi relación con
Ella fue creciendo y le confié: -Estoy pasando por esto, ¿qué me recomiendas?,
¿qué quieres que haga?. Fui a Medjugorje para que Ella me encaminara a donde me
quería y Ella me fue encaminando.
Después de abandonarse a la
Virgen recibió un par de invitaciones, una de ellas, a la Prelatura de Cancún
Chetumal, que es un lugar de misión y justo esa invitación es la que aceptó
para apoyar la promoción vocacional, que es en donde lo necesitaban.
“Me encantan las misiones,
es apasionante ver la necesidad de la
gente, ayudarlos, hay muchos inmigrantes, son personas muy sencillas, no sólo
pobres materialmente, sino también en materia espiritual pero con una gran
bendición de Dios.”
P.
¿Qué experiencias ha vivido en esta nueva vida diocesana?
En la Prelatura de Cancún-Chetumal. |
R. Me tocó organizar la Santa Misa
por primera vez, también se tiene un poco más de facilidad de visitar a
la gente, de estar más cercano, ir a sus casas, estar con ellos, orar con
ellos; siempre estás en Misión, siempre estás misionando.
Ahora
rezo solo, mi oración la hago solo, antes lo hacía en comunidad, sabes que
estás unido a la oración universal de la iglesia, pero ahora no tienes a nadie
que está detrás de ti y lo haces por amor.
Esta
vocación de ser misionero me está llenando más, tener la experiencia de gente
sencilla, la gente que se atiende aquí son muchos migrantes, vienen de otros
lugares a trabajar aquí intentando salir adelante, y nosotros los alentamos
recordándoles que Dios está ahí con ellos.
“Aquí
estoy para lo que necesiten”
Listo para ayudar a quien lo necesite. |
Estanislao se presenta a sí mismo
como “totalmente dedicado al coaching, es decir, a acompañar a cada una de las
personas que se ponen en contacto conmigo”, esto sin considerar que es un
seminarista, al que ahora -con los diocesanos- le faltan dos años de estudios
para alcanzar el sacerdocio; y que los estudios y actividades de un seminarista
son muy absorbentes, sin embargo concluye su presentación con la garantía: “estoy
aquí para lo que necesiten”.
“Siempre hay tiempo para
ayudar”, asegura en entrevista, al mismo tiempo que reconoce que los estudios
son muy absorbentes, pero siempre encuentra el tiempo de atender a quien lo
busca, casi siempre vía telefónica, aunque sean de otros países. “Hoy recibí
mensaje de Colombia”, comentó al momento de la entrevista.
Estanislao promueve sus
mensajes positivos y alentadores a través de varias redes sociales, y atiende a
cualquier persona que lo busque. En su blog ha planteado que considera que
además de sus estudios, “lo que más me ha ayudado para poder ahora ser un buen
coach, es el hecho que he tenido la oportunidad de conocer diferentes culturas,
personas de distintas personalidades que siempre me han enseñado mucho.”
Jóvenes perdidos
Por su experiencia en el
trato con los jóvenes, sobre todo con aquellos que se encuentran en problemas,
Estanislao puede distinguir la problemática que vive este sector de la
población, que de hecho, dice, “son los mismos problemas que existieron hace
siglos atrás, los jóvenes de ahora tienen las mismas preguntas que se tuvieron
anteriormente: ¿qué sentido tiene la vida?, ¿por qué no soy feliz?.
“Y llega un momento donde
los jóvenes se empiezan a abrir, me he dedicado mucho a escuchar, y a preguntar
más, y eso les va ayudando; he intentado tener una vida que pueda ser de ayuda
a los demás, saber decir no solamente ´te comprendo´, ´ánimo´, no es
suficiente, es necesario ayudarle a descubrir las virtudes que tienen, los
dones que cada uno tiene; cuando un joven se me acerca a querer platicar y le
pido que me diga tres de las virtudes más sobresalientes en sus vidas, pocos
jóvenes me saben responder. El hecho de retar a los jóvenes, hacerles pensar,
les ayuda a tener más confianza, les ayuda a que ellos mismos busquen la
solución.”
P.
¿Cuáles son los problemas que actualmente viven los jóvenes?
Con un grupo de adolescentes a los que actualmente da un curso para que se especialicen en acompañar y ayudar a otros adolescentes |
R. En primer lugar es la falta del amor, no tanto, el haber perdido el
sentido profundo de la razón de sus vidas, de quién les ha creado realmente. Muchos
llevan bastante odio en su corazón, bastante rencor y hay que ayudarles a que
redescubran el amor, cuando se saben amados, es cuando empiezan a crecer.
El
mundo nos ha llevado a ser muy egoístas, a muchos nos ha vuelto más anarquistas,
a creer que todo nos lo merecemos, materialmente hablando, nos ha llevado a
olvidarnos de lo valioso que realmente merecemos, pero cuando no tenemos las
cosas materiales que nos satisfacen, es cuando encontramos el vacío.
Algunos
se quieren suicidar y entonces hay qué ayudarlos a que se descubran a sí
mismos, a que piensen qué quieren hacer con sus vidas, que descubran un
objetivo. Muchos de los jóvenes están perdidos porque sus vidas no tienen sentido,
porque no tienen una razón para levantarse por la mañana.
Sólo
se están concentrando en vivir el momento para sentirse felices, pero cuando
pasan esos momentos se dan cuenta de que tienen los problemas de siempre. Pero ahora la gente es más sensible, cualquier
cosa te puede llevar a sentirte desanimado.
Importantes
expectativas
“La esperanza teologal me ha
ayudado en mi vida a vivir el momento presente porque Dios tiene algo grande en
mi vida y la de todos… esta esperanza me llevó a que los pasos que he ido
dando, los he tomado con mucha tranquilidad, con mucha confianza, a donde Dios me ha ido llevando, ahí he ido.
“Estoy contento de que Dios
me quiere aquí, a pesar del calor de Cancún, a mí me gusta el clima frío, hay
qué hacer el sacrificio por la salvación de las almas.” Aunque originalmente
acompañaría a la pastoral vocacional, actualmente trabaja en la Pastoral
Social, pues la gente necesita acompañamiento espiritual.
Y como tiene pocos meses en
el seminario Diocesano de la Prelatura Chetumal – Cancún, sigue aprendiendo
pues a pesar de sus estudios en el Regnum Christi, ahora vive un mundo nuevo
porque la vida religiosa es diferente a la vida diocesana en la que –dice-
“estoy aprendiendo de todo porque el sacerdote está en la parte administrativa,
espiritual, humana, desde la capilla que está cayendo el agua, no tienen cosas,
etc.”.
P. ¿Cómo ha tocado Dios tu vida?
R. Las maravillas que Dios hace cada día en nuestras vidas, cada minuto Dios está haciendo grandes milagros, a mí se me pasó muchas veces darme cuenta lo que hace en mi vida, hay muchas cosas negativas, muchas que quizá no me han agradado, pero millones de cosas positivas, cada vez que necesito agarrar experiencia, siempre hay un milagro, antes era muy enojón, ahora pocas cosas me enojan, por cada cosa negativa siempre hay un milagro, siempre está la bendición de Dios.
R. Las maravillas que Dios hace cada día en nuestras vidas, cada minuto Dios está haciendo grandes milagros, a mí se me pasó muchas veces darme cuenta lo que hace en mi vida, hay muchas cosas negativas, muchas que quizá no me han agradado, pero millones de cosas positivas, cada vez que necesito agarrar experiencia, siempre hay un milagro, antes era muy enojón, ahora pocas cosas me enojan, por cada cosa negativa siempre hay un milagro, siempre está la bendición de Dios.
Tengo
cero amigos, lo que tengo es mucha familia, cada persona que se ha presentado
en mi vida, Dios ha puesto en mi camino para ser mi familia cristiana dentro de
la Iglesia.
Debemos
cada día ir descubriendo los milagros que Dios hace en nuestras vidas, es maravilloso,
sí tal vez nuestra vida es un valle de lágrimas, eso no hace que deje de ser
maravillosa. La meta es el cielo, allá tenemos que ir. Yo estoy feliz de estar
en esta tierra, de la oportunidad que tengo cada día de ayudar a las personas.
"Tengo cero amigos, lo que tengo es mucha familia". |
P.
Me hablaste de milagros en los últimos meses con los Legionarios, ¿Me podría
explicar a qué se refiere?
R. Mi relación íntima con Dios fue creciendo. En los últimos meses antes
de salir de la Legión fui profundizando en el Sagrado Corazón de Jesús y mi
actuar desde entonces ha buscado ser desde esa perspectiva, cómo ama Jesús, así
quiero amar yo también. Y mi relación con la Virgen María se ha ido
profundizando y trato cada día de hacer la experiencia profunda de que Ella
está siempre conmigo acompañándome y protegiéndome.
“Quiero
que sepan que cuentan con mi cercanía y mis oraciones. Si en algo te puedo
ayudar, aquí me tienes.”
Estanislao ofrece el
coaching desde hace dos años de forma gratuita, “Si tenemos un don, que no es
nuestro, Dios nos lo ha dado, por qué no ponerlo al servicio de los demás”. Sin
embargo casi siempre recibe donativos de las personas a las que ayuda, y de
hecho es de estos ingresos de los que sostiene sus estudios sacerdotales. Si
deseas contactarlo, enseguida encontrarás sus redes sociales.
Claudia
Ortiz
@claudiaortizdev
devazquez21@gmail.com
devazquez21@gmail.com
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